En la iglesia de Las Puras no cabía un alma el lunes por la noche. Todos querían participar del inicio de la XVII Semana Cultural que organiza la Asociación de Vecinos Casco Histórico pero, sobre todo, escuchar a Eduardo del Pino, que iba a recibir la distinción de Vecino Ejemplar.
En el Casco Histórico todo el mundo le conoce y no necesariamente por sus artículos y sus libros que le han convertido en biógrafo emocional de los almerienses, sino porque ha vivido amado y se ha atrincherado en estas calles convencido de la inagotable riqueza humana que transita por ellas. Un convencimiento que le acompaña desde su más tierna infancia, fraguado desde la perspectiva privilegiada que le ofrecía la tienda de su padre Miguel, auténtica ágora donde todo confluía y de todo se hablaba.
La distinción se la impuso por sorpresa Carmelo Rodríguez, rector de la Universidad de Almería y compañero de hazañas de Eduardo.
El periodista y escritor tuvo que “tragarse” el nudo de la garganta al describir los estrechos vínculos de amistad y complicidad que le unen desde siempre a Carmelo. Eduardo se repuso y cumplió con las expectivas del respetable recordando que no era esta la primera vez que recibía el calificativo de ejemplar. El autor de las contraportadas de este diario (Tal cómo éramos) se remontó a su infancia para contarle a la audiencia que el archivero de la catedral don Juan López llamaba “ejemplares” a aquella cuadrilla de amigos de la que él formaba parte porque asistían a misa en las Puras el sábado y el domingo. El recordado sacerdote ignoraba que la sospechosa piedad de aquellos inocentes infantes de rodillas desconchadas sólo tenía como propósito paladear las sagradas formas y el vino consagrado. De hecho, esperaban a la comunión para entrar en el templo...
De Molino Cepero a la Almedina y de allí a la calle Arráez. Y luego, por la Plaza de San Fernando (ahora de la Administración Vieja) hasta Lope de Vega y de ahí a la Plaza Careaga.
Eduardo transita por estas calles que son la ciudad de verdad, con el alma en una nube, como decía la canción de Patxi Andion dedicada al maestro de escuela que nunca fue, porque él tuvo el acierto de elegir el aula más grande y más maravillosa: la Almería de toda la vida.
La presidenta del Asoaciación de Vecinos del Casco Histórico, Magdalena Cantero fue la encargada de conducir un acto que fue abierto en calidad de pregonero por Antonio Lao, director de Diario de Almería en esta provincia. La deliciosa música del Almería Clarinet Quartet sedujo a los presentes especialmente en el programa que sirvió de epílogo al acto. La XVII Semana Cultural del Casco Histórico se desarrollará hasta el próximo viernes incluyendo conferencias y conciertos.
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