Con motivo de sendos congresos profesionales de diverso tipo he podido viajar el pasado año a dos ciudades muy próximas y parecidas a Almería en sus características urbanas y geográficas. Me refiero a Cartagena y a Alicante, ciudades también de mar y sol. Ya las conocía, pero el paso del tiempo ha puesto más en evidencia esa falta de apertura de mi querida Almería al mar. Una ciudad que ha debido vivir de espaldas al Mediterráneo por varias causas, como un puerto cerrado o los embarcaderos de mineral unidos al viento. Pero esto ya es historia, o debería de serlo.
El puerto dejó de embarcar mineral hace muchos años y el embarcadero de mineral inglés declarado BIC por la Junta de Andalucía. Sin embargo esto no supuso un cambio en la mentalidad de nuestras autoridades portuarias, que parece no les interesa Almería salvo para los resultados de su gestión. Por ello no tuvieron problema en cambiar la “escalinata real” de su ubicación, primero desaparecida y luego aparecida en otro lugar del puerto. Tampoco en vallar todo lo que pueden de los muelles hasta hacerlos inexpugnables. Todo lo contrario de lo que he visto en Cartagena o Alicante. En esta última ciudad se puede bajar por “la Rambla” hasta el mismo puerto, pasando por u parque que allí llaman la Explanada y ver su “escalinata” justo en el mismo ángulo que la tenia Almería. La concentración de yates en ese puerto es impresionante y la similitud de la zona parque-puerto entre Alicante y Almería es asombrosa salvo en las vallas que aquí tenemos. En Cartagena el puerto y los museos son una misma cosa, pudiendo visitarse a escasa distancia el museo naval, el museo arqueológico submarino (con las monedas recuperadas de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes) y la antigua escuela de marinería en donde se ubica el submarino Isaac Peral. No voy a mencionar a Málaga porque las diferencias son más hirientes por pertenecer a la misma Comunidad autónoma.
Cuando paseo por el frente marítimo de Almería no puedo dejar de ver lo que no tenemos: un puerto-ciudad, al menos desde la Fuente de los Peces, seguido de un embarcadero accesible desde su base o caminando desde la Estación de ferrocarril. Así como un puerto deportivo y de cruceros en la zona que queda hasta las playas de San Miguel. ¡ Que desperdicio de espacio para unos buenos miradores, centros de ocio propios de la zona marítima, restaurantes, o incluso un museo de la minería y el ferrocarril de Almería!. No podemos olvidar que en esta provincia funcionó el primer ferrocarril electrificado.
Espero que se pueda contar con el esfuerzo de los responsables de estas obras, que parecen ignorar que los almerienses tenemos los mismos derechos que los cartageneros, alicantinos o malagueños y que así, superadas las discrepancias entre las Administraciones, dejemos de ser una isla en el desarrollo de nuestra ciudad en el frente marítimo, que desde hace muchos años permanece abandonado.
Análisis del Magistrado Manuel Espinosa Labella.
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