Un notario, una urna y quince días

La tarde-noche del 5 de febrero fue muy complicada en el interior del Palacio de Congresos de El Toyo. La asamblea de la Entidad de Conservación venía ‘calentita’ desde hace tiempo y ya desde la entrada al plenario y las peticiones para acreditar el derecho a formar parte de él, la situación ya era tensa y complicada.

Sabiendo desde el Ayuntamiento de Almería, que ostenta la Presidencia de la Entidad, que la votación sobre el cambio de los estatutos iba a ser complicada y más aún cuando se conociera el cambio de la propuesta que dejaba en cinco años la duración de la Entidad con otros cinco prorrogables en vez de los 25 iniciales, decidieron llevarse con ellos a un notario que sería el encargado de ‘dar fe’ de todo lo que allí aconteciera, así como contar los votos.

Todo parecía perfecto sobre el papel, pero después la realidad de lo que ha pasado ha convertido la situación en surrealista. Así, el notario tras producirse la votación decidió llevarse la urna para contar sus votos con tranquilidad. Inicialmente iba a tardar un par de días en decir el resultado, después se pospuso hasta el final de esa semana, y ahora, casi quince días después, aún se desconoce si la propuesta de que la Entidad de Conservación siga cinco años más ha ganado, como todo hace prever, o si por el contrario, han logrado la victoria aquellos que pretenden terminar con este organismo.

Contratiempo
Este importante retraso ha supuesto que lo que inicialmente se había contratado para ofrecer una mayor seguridad jurídica a todo el proceso, se haya convertido en una forma de alargar el procedimiento y que, ante tanto tiempo de espera, haya generado dudas y casi desesperación hasta a los propios contratantes ya que pasan los días y no hay respuesta.

De momento, habrá que seguir esperando a que el resultado se conozca de forma oficial, pero mientras tanto se da por hecho que tras la asamblea la Entidad de Conservación va a seguir funcionando durante cinco años más, que tras estos se analizará la situación ya que para poder eliminarla primero hay que tratar de acabar con las deudas con las que cuenta por parte de muchos de los propietarios de suelos, desde los titulares de parcelas sin desarrollar ya sean empresas o instituciones, hasta vecinos que son titulares de viviendas individuales dentro de edificios plurifamiliares.

Lo cierto es que este retraso no hace más que acrecentar la tensión que tal y como se desarrolló la asamblea, lo cierto es que parece que el cierre de este episodio podría ser en falso ya que los críticos con la continuidad de la Entidad de Conservación siguen insistiendo en que no conocen en qué se invierten los presupuestos de la misma.

Deudas existentes
Y es que hay que recordar que hay 3,5 millones de euros de impagos de cuotas de la Entidad que antes de proceder a dar cualquier paso de disolución, tendrían que cubrirse. Desde el Ayuntamiento de Almería han explicado en varias ocasiones que esa deuda no puede asumirse por el ente municipal como propia cuando es de los morosos.

En fin, mientras el notario se decide y no en abrir la urna, contar los votos y dar los datos al Ayuntamiento, de momento la entidad sigue trabajando con normalidad y los vecinos empiezan a trabajar en el consejo rector del que ahora forman parte desde la asamblea.