La cultura de la reutilización y de la obtención de recursos a partir de residuos (lo que se denomina la economía circular) se abre paso entre los proyectos con mayor proyección. El último dado a conocer es la aplicación de nuevos procesos,a partir del uso de microalgas, en los procesos de depuración de aguas residuales.
Aqualia trabaja desde hace meses en el desarrollo de dos procesos, Biosol e Incover, que suponen un cambio de paradigma del concepto de la depuración que pasa de ser un proceso netamente consumidor de energía y generador de desechos sin aprovechar, a convertirse en una nueva fuente de agua reutilizable incluso en la agricultura y productor neto de recursos de alto valor, en este caso fertilizantes para el campo.
Aguas fecales
No deja de ser paradójico que el destino de nuestras deposiciones pase a ser el de convertirse en recursos productivos para el primer sector económico de la provincia como es el agrario, que es en realidad lo que se está consiguiendo en la planta experimental que desde hace dos meses procesa los datos obtenidos tras la puesta en marcha de ambos proyectos.
La bioeconomía o la sostenibilidad son conceptos que presiden esta actividad, como explica Raúl Cano, responsable de este proyecto de I+D en Aqualia, al afirmar que con la incorporación de las microalgas “conseguimos reducir en más del 50 por ciento el consumo energético de la planta depuradora”.
Agricultura
Las microalgas consiguen ese ahorro gracias a su poder de generación de oxígeno, materia prima esencial en la depuración por oxidación de las aguas residuales, lo que disminuye la dependencia de procesos químicos para la obtención de este elemento.
A su vez las microalgas se convierten en parte esencial para la obtención de biofertilizantes, junto con los lodos extraídos de las aguas fecales. Un fertilizante de origen natural que aporta buenos rendimientos en el campo, según las primeras pruebas realizadas. Raúl Cano señala que ahora, “estamos en disposición de entregar ese biofertilizante a los agricultores que quieran utilizarlos para comprobar su eficacia”.
Los proyectos Biosol e Incover se implantan en Almería por parte de Aqualia al tratarse de una zona con crecientes dificultades para el tratamiento de los residuos y paralelamente, en disposición de agua para el regadío. Su aliado es la propia Unión Europea, que financia ambos proyectos en su objetivo de impulsar la bioeconomía y afrontar los graves problemas que plantea la disposición de recursos hídricos en un escenario de cambio climático.
Agua de calidad
Los primeros trabajos realizados en la Estación Depuradora de Aguas Residuales de El Toyo indican una alta calidad en el agua obtenida, aunque aún habrá que esperar ensayos y análisis posteriores para comprobar si ese agua precisa o no tratamientos terciarios; todo apunta a que no debería ser necesario.
La EDAR de El Toyo recibía ayer la visita del alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, que afirmaba que la agricultura “es uno de los máximos exponentes de nuestra economía y con estos proyectos, de la mano de Aqualia, creemos que podemos ayudar mucho a paliar la escasez de agua de este sector y favorecer su desarrollo, que es sinónimo de garantía de futuro para muchos almerienses”.
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