El Parque de Rescate de la Fauna Sahariana empezó a funcionar en el año 1971 por impulso de Antonio Cano y José Antonio Valverde, preocupados por la situación de especies de animales en riesgo de desaparición en la ex colonia del Sáhara español.
Aquella iniciativa contó con el respaldo de la comunidad científica española y europea y con el apoyo del gobierno de Franco. Un impulso que permitió el desarrollo de programas científicos que permitieron la cría en cautividad de numerosas especies de animales saharianos y africanos. El centro alcanzó su esplendor en las décadas de los 80 y los 90, cuando eran visitadas a investigadores, estudiantes y personas con interés por conocer sus trabajos.
Esa etapa se cerró con la llegada del nuevo siglo y con un cierto decaimiento de la actividad, constreñida por el entorno urbano, una vecindad poco comprometida y escasamente interesada, un entorno deteriorado, dificultades de acceso que empeoraron y unas administraciones que nunca han llegado a reafirmar la apuesta por el parque existente en La Hoya.
Centro agrario
Pero la estación Experimental de Zonas Áridas y la Finca Experimental de La Hoya, llamada así por ocupar el paraje del mismo nombre, tras La Alcazaba y a los pies del Cerro de San Cristóbal, no nació como el parque de recuperación de la fauna sahariana, sino como uno de los primeros centros de investigación agrícola de que ha dispuesto Almería.
Los primeros proyectos se iniciaron finalizada la Guerra Civil y en 1950 se adquirió la finca de La Hoya. Su destino era crear allí un centro para que los investigadores de l Instituto de Aclimatación dispusieran de terrenos e infraestructura para realizar investigaciones agrarias.
Plan de desarrollo
Todo ello estaba vinculado con el empeño de la Administración franquista por aprovechar las potencialidades de Almería y crear alternativas a cultivos clásicos como el de la uva. A partir de la década de los años 50 esos objetivos se vieron reforzados con la llegada de las ayudas norteamericanas, en compensación por los acuerdos para el establecimiento de las bases americanas en España, recogidas en el Pacto de Madrid del año 1953.
Así nacieron los primeros pozos a altas profundidades, gracias al dinero, pero también a las tecnologías americanas para extraer agua de grandes profundidades, que dieron agua a tierras secas. Fue el nacimiento de lo que hoy es el Modelo Almería de agricultura y la Finca Experimental de La Hoya prestó un apoyo científico importante en los inicios de aquellos procesos de mejora de los sistemas tradicionales de cultivo.
Investigación
La finca fue herramienta importante en la investigación científica, traducida en avances con repercusión en la economía almeriense y el desarrollo de nuevos modelos agrarios. Se trabajó en nuevas variedades de cereales adaptadas al clima almeriense, entre ellas del maíz o la cebada, se desarrollaron tipos de hongos de efectos beneficiosos para el ganado ovino o caprino, se desarrollaron tipos de uvas resistentes a las virosis y se obtuvieron, por primera vez en España, uvas sin pepitas.
De la trascendencia de esos trabajos es prueba el hecho de que en la finca de La Hoya se hicieron los primeros ensayos de cultivos hidropónicos, una de las bases sobre las que se ha desarrollado la potente agricultura intensiva que hoy es la base de la economía provincial, a la que aporta más de 2.500 millones de euros anuales, cerca del 25 por ciento del VAB (valor añadido bruto) de la provincia.
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