Alrededor de medio millar de representantes del sector hortofrutícola almeriense viajaban ayer a primera hora de la mañana a Berlín para dar inicio a su participación en la que está considerada la feria más importante del mundo en frutas y hortalizas frescas.
No son los únicos almerienses que están en la capital alemana puesto que en días anteriores un número similar se había desplazado ya para que todo estuviera listo para la apertura de un evento que, para las empresas de la provincia, supone la oportunidad de mirar cara a cara a sus mercados prioritarios, los del continente europeo.
Cita obligada
Porque a Berlín se va a eso, a estar más cerca de los compradores, a escudriñar las tendencias que marcan los gustos de los consumidores y también a explorar lo que ofrecen el resto de las zonas productoras del mundo.
Porque en el recinto Messe Berlín, que acoge cada año esta feria, están representados a través de sus empresas un total de 130 países, que en más de 3.200 expositores ponen en el escaparate sus producciones. Quizá por esa competencia luce más la oferta de alta calidad que aportan las comercializadoras almerienses, que se mueven en la Fruit Logística como pez en el agua.
Las dos eses
Hasta llegar aquí los representantes del sector hortofrutícola de la provincia han ganado ya varias de las batallas que se han ido planteando con el paso de los años, básicamente las de un cuidado exquisito con el uso de los plaguicidas y con la presencia de residuos en los productos que salen de las ‘factorías’ hortícolas, las de una calidad a prueba de certificaciones varias, o la de una sostenibilidad del modelo de la que se hace bandera.
Ahora la vista está decididamente vuelta hacia las ‘dos eses’, la salud y el sabor. Los primera se ha convertido en uno de esos objetivos capaces por sí mismos de convencer a los consumidores; desde hace algún tiempo se dice en los ámbitos agroalimentarios de la provincia que Almería “no exporta sólo hortalizas, está exportando salud”.
Comer sano
De hecho comer es a estas alturas un hecho que va más allá de alimentarse para convertirse en la base de una nutrición adecuada para aspirar a una vida sana, una fórmula capaz de prevenir enfermedades tan mortíferas como las cardiovasculares, las derivadas de la obesidad o el cáncer, un problema que amenaza a la humanidad.
A estas alturas casi nadie duda de que la Dieta Mediterránea es sin duda un sistema adecuado para ese modelo de alimentación y vida sana a la que aspiran millones de personas, y en esa dieta frutas y hortalizas, precisamente lo que produce Almería, son un elemento indispensable.
Apuesta por el sabor
Pero si la salud es una herramienta clave en los objetivos del sector hortofrutícola almeriense, su presencia este año en Berlín está poniendo de manifiesto la firme voluntad de recuperar los sabores. Los empresarios tienen claro que “lo que sabe bien, se vende bien” y a ello están aplicando sus mayores esfuerzos.
Reconocen que en busca de obtener productividad, larga duración, formas o colores, o de centrar el trabajo en la consecución de una producción limpia, en cierto modo se descuidó la cuestión del sabor tradicional de las hortalizas y entienden que ha llegado el momento de trabajar intensamente en su recuperación “porque es la forma de diferenciarnos del resto de las zonas productoras”.
Almería no puede competir con Marruecos en precios, ni con Holanda en productividad, “pero sí podemos hacerlo en sabor y esa batalla la vamos a ganar”, afirma el gerente de Coexphal.
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