La Chanca está de luto: fallece Rafael Rodríguez, el ‘Rana’

En las cuevas de Las Palomas ha creado con sus manos un jardín en medio de la aridez

Rafael Rodríguez, el Rana, desde su retiro en La Chanca en una imagen de 2006.
Rafael Rodríguez, el Rana, desde su retiro en La Chanca en una imagen de 2006.
La Voz
14:37 • 29 mar. 2019

Rafael Rodríguez, el 'Rana', ha fallecido a los 83 años de edad. La Chanca está de luto. En lo más alto de las cuevas de Las Palomas ha ido creando un paraíso a medida, un jardín en medio de las piedras y la aridez de la zona.



Las redes sociales se han echo eco de la triste noticia y la asociación 'La Chanca Pescaderia a Mucha Honra' le ha dedicado en ellas unas bonitas palabras. 




El 'Rana' nació en Rodalquilar (Níjar) en 1936. Tras la guerra, con toda su familia se trasladó a la capital.



Rafael Rodríguez convirtió con sus propias manos un cerro donde sólo había una cueva en un jardín. "Plantó un pino, un almendro, un limonero, un granado, un par de higueras, una platanera, un naranjo, un algarrobo y un níspero. Con el trabajo de sus manos levantó bancales donde plantó habas, rábanos, cebollas, ajos, romero, hierbabuena y tomillo. Arregló la cueva hasta convertirla en vivienda y cercó el lugar con un muro de piedra y alambre para que nadie perturbara la paz de su santuario", describió Eduardo del Pino, escritor y periodista, en el reportaje que le dedicó en el año 2006 en las páginas de LA VOZ.



"Rafael Rodríguez, 'el Rana', era una persona extraordinaria y muy querida. Gran trabajador, estuvo muchos años trabajando en la mar. Después, durante seis o siete años, estuvo en la construcción, con la Cooperativa de 'La Traíña'. Profundamente solidario, participó de lleno en las luchas y manifestaciones de su barrio, junto con Cándida, su mujer", afirma Juan José Ceba, escritor y maestro jubilado del colegio de La Chanca.



"Por su jardín, el Jardín del Rana, han pasado cientos de personas visitantes, que se interesaron por su amorosa manera de embellecer la zona de las cuevas de las Palomas, un mirador único a la Alcazaba, su barrio de La Chanca, la Almedina, la bahía y el puerto, hasta el Cabo de Gata. Rafael era el duende bienhechor que puso amor y florecimiento, donde había abandono y sequedad", comenta Ceba.





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