Un lotero de Barcelona critica que la política le impida abrir en La Cañada

Cuenta con el visto bueno de Loterías del Estado en Almería, pero sigue sin ser autorizado

Sergio Guil en su despacho de loterías, bautizado con el nombre del Indalo, en Barcelona.
Sergio Guil en su despacho de loterías, bautizado con el nombre del Indalo, en Barcelona. La Voz
Antonio Fernández
13:09 • 07 abr. 2019 / actualizado a las 13:10 • 07 abr. 2019

Sergio Guil es hijo de un matrimonio de La Cañada que tuvo que emigrar a Cataluña hace casi medio siglo. Él nació en Barcelona, pero siente la provincia como suya. Es propietario de una administración de Loterías y Apuestas del Estado situado en la Avenida Vallcarca de la capital catalana.




Según cuenta, hace algo más de tres meses solicitó el traslado de su negocio a Almería “porque toda mi familia es de allí, mis padres, tíos, primos, y pretendo instalarme en La Cañada, donde incluso ya he comprado un local para poder empezar a trabajar cuanto antes allí”.

La decisión de Sergio Guil

La jubilación de sus padres y la situación de incertidumbre que se vive en Cataluña han llevado a Sergio Guil a buscar en Almería lo que ya no encuentra en Barcelona: una nueva perspectiva para su negocio y la compañía de una familia de la que lleva separado mucho tiempo.


Ha elegido La Cañada porque es un barrio en constante crecimiento. con una población que ya supera los 10.000 habitantes, pero también porque los vecinos llevan tiempo solicitando una segunda administración de loterías. El crecimiento demográfico les ha llevado a tener tres gasolineras, tres farmacias, varios colegios, pero reclaman un nuevo despacho donde comprar su lotería o realizar sus apuestas.


La Delegación de Loterías y Apuestas del Estado así lo considera y lo ve buenos ojos, pero la dirección de Madrid no.


Los problemas 



Sin embargo ese proyecto para trasladarse a Almería no acaba de concretarse. Cuenta con el visto bueno de la Delegación en Almería de la Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado, entre otras cuestiones porque La Cañada no dispone de un servicio de este tipo que pueda atender a todos los vecinos de la barriada.




No acierta a comprender el por qué de esa dilación y de la negativa, al menos hasta el momento actual, a que la Dirección de Loterías autorice una operación de traslado que cumple con los requerimientos exigidos, según explica.

Malos tiempos



A las causas familiares une una motivación económica y es que el entorno en el que se ubica su despacho de lotería el avance del independentismo está provocando un éxodo masivo de negocios.




Sergio Guil explica que en los últimos dos años “la calle en la que está mi negocio se va quedando vacía de establecimientos; todos se están yendo en cuanto pueden”. Y así han cerrado sus puertas la sucursal bancaria que había en la misma calle, varios comercios y hasta un bar.




Afirma que como consecuencia de esa huida sus ingresos han sufrido una merma importante que estima en torno a un 20 o 25 por ciento menos lo que, junto a la reciente jubilación de sus padres, que han tomado la determinación de regresar a Almería,  le ha animado a cambiar de aires y regresar a la tierra de donde es su familia, “pero la tramitación se está convirtiendo en una auténtica pesadilla”, afirma.

Sin respuestas



La cuestión es que hasta el momento “nadie me ha dado una respuesta sobre mi solicitud”, salvo la Delegación de Almería, que en los informes emitidos recoge su posición favorable al traslado de su administración, a pesar de estar fundamentada y disponer de argumentos sólidos tanto económicos como familiares.


Guil afirma que “no quiero pensar que detrás de esa negativa está la cuestión política”, pero sostiene que las consultas que ha realizado a los representantes sindicales de los loteros, con contactos en Madrid, “me dicen que es por temas políticos, porque en los servicios centrales no quieren que salgan negocios de este tipo de Cataluña”.

La Cañada

Sergio Guil afirma que está “desesperado” porque confiaba en disponer de la autorización y ya ha adquirido un local en La Cañada, en una calle “muy comercial”, dispone de todos los servicios, incluso con un Mercadona cercano. Cree que sus números serían mucho mejores porque se trata de una localidad “que ha crecido mucho en los últimos años y muestra gran dinamismo”.


Ha pedido ayuda a las organizaciones profesionales de loteros y asegura que vive en un permanente estado de tensión; “no como bien, no duermo, estoy desesperado”. Pero tiene claro que “no quiero seguir aquí más tiempo”.


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