El centro penitenciario El Acebuche explora nuevas fórmulas de reeducación y tiende la mano a los internos con un modelo de comunicaciones familiares basado en la normalización de las relaciones.
Por unas horas, niños menores de 10 años de edad compartieron una jornada de convivencia con sus padres dentro de los muros de la prisión de Almería.
Sucedió este lunes en el módulo de comunicaciones de El Acebuche, en una sala convertida en un espacio lúdico con merienda, regalos y la actuación de Gabimagoo, perteneciente a la Fundación Abracadabra y funcionario del propio centro penitenciario.
Fuentes oficiales de El Acebuche destacan el efecto positivo de las “jornadas de puertas abiertas” que se realizan, ya que rompen con la rutina de los internos y ofrecen la posibilidad de contactar con sus familias en ambientes menos encorsetados. Además, esta actividad trimestral se combina con las comunicaciones vis a vis y con otras fórmulas de contacto de los reos con sus familiares.
La actividad
Según explicó el director de El Acebuche, “la posibilidad de particular en esta actividad se ofreció a todos los internos con hijos menores de 10 años, sin distinció sobre su situación”. Finalmente, una quincena de menores acudió a la cárcel para visitar a sus padres.
Durante la actividad se organizó una merienda, preparada en las cocinas de El Acebuche, y se entregaron obsequios a los niños. Los internos pertenecían a seis módulos penitenciarios distintos y, por tanto, con características muy diferentes (clasificación, fase de la condena, etc.). La cárcel de Cuevas de los Medinas remodeló el área de comunicaciones para mejorar las condiciones de los contactos entre internos y personas del exterior. Además, se incorporó mobiliario especialmente pensado para los niños, juegos infantiles y otros elementos lúdicos para familias entre el salón y el pequeño patio interior.
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