Al final de la escalera de mármol que preside la antigua Casa Consistorial, en su mesa y preparado para controlarlo todo, conocimos muchos a Fernando Escoz, funcionario del Ayuntamiento de la capital convertido en la voz que da paso a la sesión pública de los plenos desde hace años, y ayer protagonista de parte de la sesión plenaria porque era la última antes de pasar a disfrutar de su más que merecida jubilación.
Además de por sus méritos, Fernando Escoz merece el comienzo de una crónica plenaria como ejemplo de aquellos que ayer vivieron si no el último (puede que les toque acudir a la llamada del alcalde mientras la Corporación está en funciones) pero sí su despedida previa a las elecciones municipales.
De los presentes -y algún ausente como Miguel Ángel Castellón por motivos laborales- son muchos los que no van a regresar al plenario una vez que se constituya la nueva Corporación municipal 2019-2023 porque ni siquiera están en las listas de sus partidos.
Despedida
Así, el primero que abandona el plenario y lo hace para pasar a la mejor vida que supone la jubilación es el portavoz de Izquierda Unida, Rafael Esteban.
Ya con más o menos gusto tampoco regresarán a esos pupitres de mármol la edil no adscrita Mabel Hernández, las populares Carolina Lafita, Lola de Haro, Pilar Ortega o Rafaela Abad, así como Miguel Ángel Castellón cuya salida se decidió hace tiempo.
En la bancada socialista no habrá regreso para la ya senadora electa Inés Plaza, pero tampoco para la que fuera la viceportavoz Mª Carmen Núñez, Cristóbal Díaz y Manuel Vallejo. En total son once personas las que no regresan seguro, el resto dependerá de los resultados que se consigan el 26 de mayo.
Pero claro, cerrar la Corporación requiere de un análisis de cuatro años que el propio alcalde de la capital, Ramón Fernández-Pacheco, calificaba como “la Corporación más movida, en la que más cosas han sucedido fuera de lo ordinario ,que se recuerda en el Ayuntamiento”. Y es que el repaso comienza por la investidura fallida de Juan Carlos Pérez Navas (PSOE) impedida por el cambio de voto de Cs, el llamado ‘cazorlazo’. Después se marchó Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y dejó de alcalde a Fernández-Pacheco.
En el camino se fue Nicasio Marín (PP) y dejó el acta Miguel Ángel Castellón; la guerra de las primarias del PSOE se cerró con la marcha de Pérez Navas y el destierro de algunos ediles y el ascenso al Gobierno de Consuelo Rumí; la lucha en Cs fue a dos niveles, en el Grupo Municipal supuso la marcha de Mabel Hernández al Grupo no Adscrito con ida, vuelta e ida, y en el partido, a no tener candidato hasta el último día. Una Corporación del ‘cazorlalo’ al ‘mabelazo’.
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