La agricultura de invernadero ha de hacer frente a dos problemas esenciales (aparte del eterno déficit de recursos hídricos) como son la eliminación de los restos vegetales y la proliferación de plagas en los cultivos. Pero a las soluciones derivadas de la investigación y la aplicación de tecnologías se han venido a sumar los animales domésticos.
En los últimos años se ha extendido el uso de aves de corral, como las perdices, las codornices o las gallinas, que conviven con los cultivos en los invernaderos, y los rebaños de cabras y ovejas, utilizados al final de la campaña para la eliminación de restos vegetales.
Unos y otros representan otra manera de afrontar la lucha biológica o el control de la sanidad vegetal, más rudimentaria pero eficaz en muchos cultivos y con unos costes netamente inferiores.
El rebaño
En el caso de las cabras, se utilizan para dejar el invernadero limpio de los restos vegetales, tanto plantas como frutos. Productores como Francisco Romero, de El Ejido, acuerdan con los pastores el traslado de rebaños, con frecuencia de más de mil animales, para afrontar esa labor de limpieza.
El trabajo que realizan es sumamente eficaz, porque en apenas dos días ovejas y cabras se comen la práctica totalidad de esos restos, dejando el suelo limpio y listo para iniciar la preparación de cara a la siguiente campaña. Además, la utilización del ganado supone un ahorro para los agricultores ya que no tienen que realizar el trabajo de arranque y retirada, ni el gasto que supone el traslado hasta los vertederos de residuos agrícolas; en total en torno a los 1.200 euros por hectárea.
Aves y plagas
En el caso de perdices, codornices o gallinas el trabajo es eliminar, o al menos reducir, le presencia de plagas como las de la Tuta o el pulgón, ya que las aves picotean los suelos en los que este tipo de plagas depositan los huevos.
Desde los servicios de salud vegetal de Vegacañada, por ejemplo, se reconoce que se trata de un sistema bastante eficaz en esa lucha contra las plagas porque “además este tipo de aves no picotean las plantas ni los frutos y no afectan a cultivos ni productos”.
El ingenio de los agricultores
El uso de aves como perdices, codornices o gallinas se ha extendido sobre todo en la zona de la Vega de Almería donde, desde hace algunos años, proliferan como una forma más de frenar el desarrollo de las plagas. Francisco López, director de Vegacañada, considera que este particular tipo de ‘lucha biológica’ es simplemente el resultado del conocimiento y de las experiencias de los agricultores “que aplican métodos sencillos para ayudar a mantener las plagas bajo control.
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