Practicar yoga a los 80: La actividad que beneficia a los más mayores

Los mayores encuentran en esta disciplina una manera de evadirse y de disfrutar del día a día

Pedro Tenorio, Adolfo, Paqui y Pepa
Pedro Tenorio, Adolfo, Paqui y Pepa La Voz
Dámaris Maquieira
18:45 • 08 ago. 2019 / actualizado a las 07:00 • 11 ago. 2019

Cuatro testimonios de personas llenas de sabiduría con el anhelo de que alguna vez sus voces se conviertan en brisas de mar. Cada mañana de lunes y miércoles acompañado a veces de un cielo azul brillante y otras de un tono grisáceo, Paqui, Pepa, Adolfo y José van al centro de Yoga Integral a realizar casi dos horas de esta disciplina. 



De 69 a 80 años que tienen, demuestran que no hay rango de edad para hacer deporte y que a pesar del paso del tiempo, siempre se puede volver a sonreír. 



Para ellos los días son muy distintos, un lunes puede ser aburrido o divertido, un martes, soledad;  un miércoles, añoranza o quizá nostalgia por aquellos recuerdos de un pasado que les acompaña inconscientemente, turbulentos amores o idilios de Julieta, o la dura etapa del 36 y la transición.



Sin duda, sus mochilas están cargadas por el pasado, los años, la ausencia de los familiares y también las enfermedades que la vida les ha dado como Adolfo que a pesar de ser el más joven del grupo, con 69 años,  tiene  dos prótesis de rodillas tras quedarse sin movilidad en un accidente. Aquí fue el momento que  le convencieron para ir a hacer yoga, cosa que el no quería.  Antes de las clases  ha cogido la rutina de andar 45 minutos junto al profesor Pedro Tenorio



Consejo de sabios 



Se hacen llamar así porque según la visión de Pedro “todo lo que tenemos nuestra generación de ahora se lo debemos a ellos: sus  conquistas sociales, laborales y familiares”.  Y es que el yoga no solo es un deporte, también es considerado por muchos como una filosofía de vida.Como explica este polifacético profesor “sonreír cuando la vida es placentera es muy fácil, hay que aprender a hacerlo cuando no es tan sencillo”.



En sus clases lo que intenta transmitir día a día a los mayores es eso, el “ser feliz  a pesar de que  tienes despedir  a seres queridos o cuando ves que te haces mayor y tus amistades  te  han dejado de lado y ves que llega el fin de semana y los hijos se van y ellos se quedan solos”.



Pero  ellos no lo echan en cara y dicen con una total naturalidad y seguridad “responsabilizarse de ellos y de su salud” pues entienden que  con este  ‘abandonado’ no es  provocado por sus hijos, sino lo achacan  a la “actual saturación global” a la que la sociedad se ve sometida.


“Pero vemos a una persona mayor que no puede cruzar la calle o  bajar un escalón y no hay apenas nadie que se ofrezca ayudarle”, así expresó su tristeza el profesor. 

Una afirmación que todos los integrantes del grupo estaban de  acuerdo, “no hay empatía en esta sociedad”, dicen con tristeza.


Sus vidas


 Paqui  es otra  gran mujer que con 74  años,  un accidente de espalda y osteoporosis va cada dos días a realizar esta disciplina.   

“Cuando estas sola, te vienen muchas tristezas entonces me  doy unas caminatas largas y eso junto al yoga me ayudan”, dice Paqui.


A parte de hacer comidas en grupo o  actividades como ir al cine, llama la atención  que a veces  hacen lo que ellos llaman ‘risoterapia’, algo  tan simple como reír repitiendo vocales y un ‘imaginario bote de crema’ con el que te untas la alegría en todo el cuerpo y sobre todo en el alma. 


Otra de las integrantes del grupo es Pepa, tiene 79 años y cuatro hijos. Desde la trágica pérdida de su gran amor, su marido, cuenta que  “estuvo año y medio sin salir de casa además de una fuerte depresión”.  


Su hija le aconsejaba que tenia que hacer otra vida hasta que conoció  el yoga con Pedro Tenorio. “Si fuera más días, más contenta estaría”, dice Pepa entre alguna que otra lágrima, sin poder contener la emoción.  


Los comienzos 


José tiene 80 años y fue el pionero que empezó con esta iniciativa de crear el  grupo de sabios.  “Soy de temperamento nervioso y a mi lo que me aporta el yoga es serenidad y tranquilidad” dice este hombre que desde hace muchísimos años ha escrito libros como ‘Relatos y poemas’  y en sus años jóvenes debutó con libros sobre la  la agricultura y los invernaderos de Almería. Este gran hombre le dedicó un poema a su gran amor que por desgracia murió de Alzheimer  y  encontró en la escritura  y el yoga un apoyo emocional.


Una vez más se demuestra que no hay edad ni excusa para sentirse bien tanto mente como en el alma.En yoga no se trata de competir, sino de respetarse como en la vida.


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