La antigua cárcel de Almería se encontraba en la actual calle Real, con fachadas a calle Braulio Moreno y calle Pintor Martínez de la Vega. En el solar que ocupaba antaño, actualmente hay un parking, y anteriormente estuvo la “Bodega el Patio”.
La primera cárcel fue construida por Juan Antonio Munar en 1789. Era un viejo caserón el que hacía las veces de cárcel y prisión preventiva y albergaba en sus lúgubres calabozos a toda una serie de timadores, rateros y criminales. Entre otros muchos, en ella estuvo encerrado el asesino del niño de Gádor “El hombre del saco de Gádor”, suceso que conmocionó a toda España.
Los presos que cumplían condena en esta cárcel salían de permiso y paseaban por los alrededores, incluso se iban a bailar a los bailes de la plaza san Pedro, lo que generaba malestar en los ciudadanos. Se intentó trasladar en varias ocasiones pero estuvo allí hasta principios de siglo.
¿Cómo era la cárcel por dentro?
La distribución de la primera cárcel, que encontré dibujada en un papel, era la que puede apreciarse en la foto 1.
Entrada por la calle Real a una sala con una altura del techo de 3,85 metros, y una superficie de 8 por 11,55 metros, en la que aparece escrito “50 presos”. A la derecha un calabozo. Ya en el interior, una baño, un patio, un dormitorio para 20 presos con ventanas a la actual calle Braulio Moreno, una cocina y otro retrete.
El 18 de diciembre de 1899, el patio de la cárcel, en desuso como tal, se usaba como picadero para clases de equitación y para un evento del que se hacía eco ‘La Crónica Meridional’, que publica un artículo acerca del evento realizado en el Picadero del Colegio Jesús. El acto consistió en el reparto de especies a las clases obreras, por la Asociación del Apostolado. Acudieron gran número de señoras y señoritas y las principales autoridades de la localidad. Varias señoritas cantaron al piano, acompañadas de panderetas y postizas. Unas 4000 personas acudieron a este acto (Foto 2).
En octubre de 1902, Trinidad Cuartara presenta un proyecto para construir una cárcel provisional en los terrenos que ocupaba la antigua cárcel. En el proyecto adjunta un plano y dibujos de la distribución del edificio (Foto 3).
El terreno lindaba al norte con la casa de Doña Dolores Gómez de Oconor, al sur lo hacía con el solar de la antigua cárcel, a la espalda o poniente, la calle Panaderos y a levante, la calle Real.
Distribución de las nuevas dependencias de la cárcel
La puerta de acceso se encontraba en la calle Real. Por ella se accedía a un vestíbulo. Al entrar a la derecha, el despacho del director, que tenía una puerta por la que accedía a su vivienda, con dos habitaciones y cocina. A la izquierda una sala para los empleados.
Pasado el vestíbulo, una antesala a la izquierda, que daba acceso al Juzgado, y a la derecha la sala de vigilancia, por la que se accedía al módulo de mujeres.
Tres rastrillos, o rejas separaban el acceso desde las salas anteriores al resto de la cárcel. A través del rastrillo se accedía al patio, con una fuente en el centro. A la izquierda el módulo para jóvenes, y la capilla, a la derecha dormitorios para 24 presos.
Parte del patio estaba techada, y en esa zona se encontraban, a la derecha, los retretes y la cocina, y a la izquierda un dormitorio para 14 presos, otro retrete, un patio descubierto y dos calabozos. Al frente, otro dormitorio para 24 presos (Foto 4).
En 1903, alguien pedía al ayuntamiento “depurar la propiedad del solar cerrado en que estuvo enclavada la antigua cárcel, situada en la calle Real. El 15 de marzo de 1903, ‘El Radical’, publica que el terreno del picadero, que dependía de la Junta de inspección y Vigilancia, presidida por el obispo, fue solicitado por Darás en 1895, cosa que le fue concedida.
El Ayuntamiento contesta que “que el terreno que ocupa dicho lugar, hoy está ocupado por José María Navarro Darás, donde tiene él, establecido un picadero para el servicio de los alumnos del Colegio de Jesús. Era ahí, en el patio de la antigua cárcel, el lugar en el que se impartían las clases de equitación (Foto 5).
En mayo de 1903, ‘El Regional’ de Almería, publica que la ciudad de Granada ha invitado al Batallón Infantil de Almería, con motivo de los festejos que se celebrarían en la ciudad y convoca a todos los niños que deseen formar parte de la expedición que acudiría a Granada, para que el 31 de mayo a las 4 de la tarde asistan al picadero o escuela de Equitación del Colegio Jesús Maestro, en la calle Real, con objeto de prepara todo el equipo.
El 20 de abril de 1905, Trinidad Cuartara presenta el proyecto definitivo, en el que aparecen los terrenos a subastar para ampliar la cárcel (Foto 6).
En el año 1914, Enrique López Rull, presenta un escrito, con un presupuesto de reparación, para arreglar la cárcel, que se encontraba en mal estado. Las reparaciones a realizar eran en el calabozo último, el dormitorio 1, el 2, el retrete de hombres y el departamento de mujeres. El coste total de la reparación a realizar era de 357,70 pesetas (Foto 7).
Es el 2 de marzo de 1927 cuando el Arquitecto Municipal presenta un estudio en el que informa del estado actual de la cárcel. El informe decía que el edificio se encontraba en estado ruinoso y que, vistas las dificultades insuperables para su reparación, la comisión decidía lo siguiente: Expropiar la totalidad del inmueble (propiedad de D. Estéban Giménez), previa valoración efectuada por el arquitecto, y aceptada por el propietario.
Una vez expropiada, se procedería al derribo del edificio, que por su fealdad y vetustez constituía un atentado al ornato de la ciudad, y sacar a subasta el solar, después de ser sometido a sus nuevas líneas ç.
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