Demetrio Carmona, ex abogado del Estado en Almería, fue detenido a mediados del mes de abril de 2013 en una investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil bautizada como Operación Tres Reyes (en alusión a la película de George Clooney sobre un robo de oro de Kuwait en la Guerra del Golfo Pérsico).
Más de seis años y cinco aplazamientos después, el jurista se sentó este martes en el centro de la sala de vistas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería para responder de acusaciones de presuntos delitos de extorsión y pertenencia a organización criminal.
Carmona aparece en la instrucción como la figura clave en la trama destinada a arrebatar 128 millones de dinares irakíes comprados por los empresarios Manuel Rodríguez y Juan Cantón Maldonado entre los años 1995 y 1996 como inversión en el mercado de divisas. Sin embargo, en su declaración durante una hora y media rechazó todas las imputaciones y, más aún, se mostró como doble víctima en el proceso.
Por una parte, abona la teoría de una conspiración política y policial en su contra. “Me advirtieron de que estaban haciendo una serie de actuaciones que no eran correctas”, afirmó sin detallar el origen del aviso (“Cuando me acuerde se lo diré a la sala”, ironizó preguntado por la magistrada Soledad Jiménez de Cisneros).
“Me amenazaron con que la Guardia Civil iba a actuar como ha hecho”, subrayó Carmona a preguntas de su letrado. “Me decían que estaban moviendo a través de algunos políticos y de la Agencia Tributaria esta situación, que unos cuantos me estaban poniendo palos. Me dijeron ‘Te va a pasar esto’ y, al final, ha pasado”.
Los falsos espías
El pasado lunes, su abogado Miguel Ángel Campos sostuvo durante la exposición de las cuestiones previas que “hubo actuaciones por parte de la fuerza actuante (Guardia Civil) deliberadas y tendenciosas para presionar moral, civil y profesionalmente a Demetrio Carmona”.
Y, por otra parte, el principal acusado se desmarca de las gestiones realizadas supuestamente por dos falsos agentes del CNI y el empresario Manuel Rodríguez para la compra de los dinares irakíes e insiste en que también creyó que los interesados eran miembros de los servicios de inteligencia. “No lo decían abiertamente, pero lo aparentaban”, afirmó en varias ocasiones durante el interrogatorio.
“Yo fui solo un testigo (...) Manolo contó la historia de los dinares. Ellos les dijeron que los iban a retirar del mercado (...) Fui a Madrid y al regresar me ofreció una comisión. Yo le dije ‘Te has equivocado, esto es una cosa oficial’. Yo me negué a coger nada, a cobrar una comisión”, relató el abogado del Estado acusado en Tres Reyes.
“Yo no tengo más conocimiento de los dinares hasta que un día, comiendo en el Entrevinos, me llaman insistentemente su sobrino y me dice que este hombre quiere hablar contigo. ‘¿A mí me pueden detener?’ ”, reiteró. “No encargue nada ni pagué ninguna comisión”.
La investigación
La versión contrasta con la aportada por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil recogida en el sumario y acogida por el escrito de acusación del fiscal. Los agentes creen que Demetrio Carmona estaba en el epicentro de la trama con un papel similar a un conseguidor.
Esto es, que gracias a su cargo público durante casi tres décadas, tenía información privilegiada que utilizó como intermediario. “(Su función) era recopilar y proporcionar toda la información, tanto personal como económica” con el objetivo de hacer negocios “en su beneficio”.
La Fiscalía solicita penas que oscilan entre los 3 años y 11 meses y los 9 años de cárcel por extorsión, falsedad y pertenencia a grupo criminal. Según el escrito de acusación, los imputados acordaron organizar un sistema de extorsión para conseguir grandes cantidades de dinero que luego repartirían.
Para ello, se valdrían presuntamente de los contactos de Demetrio Carmona, con casi tres décadas de trayectoria profesional en la provincia de Almería como jefe de la Abogacía del Estado. La acusación cree que el acusado era la articulación, la unión entre varios acusados, gracias a un gran conocimiento sobre la provincia, sus autoridades, sus negocios y sus oportunidades.
Rechazan la extorsión
Los procesados han negado su participación en presuntos procesos de extorsión o amenazas y han descrito los contactos realizados como parte de procesos de negociación “normales”.
Las dos sesiones iniciales del juicio oral han sido especialmente farragosas, con menciones a numerosos proyectos empresariales y personas cuyo vinculación con el proceso resulta difusa y difícil de trasladar en una futura sentencia judicial.
De hecho, tanto el empresario José A. M. como el propio Demetrio Carmona detallaron un supuesto encuentro con dirigentes del Partido Popular en la provincia para encontrar soluciones a un problema con la Agencia Tributaria que tenía el propio abogado del Estado. Ninguno de ellos confirmó durante las vistas desarrolladas en las jornadas de lunes y martes si las autoridades resolvieron esos conflictos y, en tal caso, cómo lo hicieron.
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