Donde hace veinte años era imposible encontrar un local vacío ahora reinan los carteles de ‘se alquila’ y ‘se vende’. Esa gran manzana comercial del centro de Almería que se extiende por la Plaza de San Pedro y sus calles adyacentes, que competía con el Paseo, sobrevive a duras penas, víctima de la decadencia comercial que empezó hace una década con la última crisis económica.
Atravesar la calle de Castelar por la tarde, cuando ha cesado el chorro de vida que va hacia el Mercado, es descorazonador. Dos comercios antiguos como la tienda de comestibles de San Antonio y la confitería del Once de Septiembre sostienen el pulso comercial de la calle, que ha decaído en los últimos meses desde que la vieja pastelería apostó por su nuevo establecimiento una calle más arriba y por llevarse el obrador a la colonia de los Ángeles.
Entre la Plaza de San Pedro y las calles Castelar y Torres suman un total de dieciséis locales vacíos que están reclamando un aventurero que se atreva a abrir un negocio en una época complicada para el comercio del centro. Solo una parte del Paseo conserva la fuerza de antaño gracias a los establecimientos hosteleros y sobre todo al gran empuje de la confitería la Dulce Alianza, que es en estos momentos uno de los motores principales de la actividad comercial de la zona.
'Dante'
Esta proliferación de locales vacíos es consecuencia del bajón comercial del centro y también del alto precio de los alquileres, que en algunos casos hace inviables las iniciativas privadas.
El último local que se ha quedado vacío, en esta misma semana, ha sido la histórica tienda de cortinas ‘Dante’, del empresario Juan Utrera. Ha cumplido la edad reglamentaria y ha acumulado tantos años de cotización como para dos jubilaciones, por lo que ha decidido echar el cierre a un negocio que ya sobrevivía con muchas dificultades.
Juan Utrera Carreño es uno de los veteranos del comercio del centro que ha conseguido llegar hasta el final en un mismo establecimiento, la tienda de Dante, especializada en artículos de hogar. Se ha pasado más de media vida detrás del viejo mostrador de la Plaza de San Pedro, poniendo las cortinas de las casas de varias generaciones de clientes. Él sí puede decir, sin temor a exagerar, que se ha colado en los dormitorios de más de uno, aunque solo fuera a trabajar.
Su vida ha sido la escuela donde se formó y después la tienda donde ha pasado el último medio siglo. Al pie del cañón, colocando cortinas y vendiendo mantas, pijamas y edredones, ha ido superando obstáculos: vivió la llegada de la democracia y aguantó las envestidas de las repetidas crisis que fueron minando el pequeño comercio del centro. Ahora, sin ganas de continuar, ha optado por retirarse y dejar un nuevo local vacío en el cansado corazón comercial de Almería.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/179542/el-centro-se-llena-de-locales-vacios