“Lleno de heridas y sangrando”: muere el delfín que apareció ayer en El Zapillo

Los esfuerzos por ayudar al delfín que fue avistado ayer en plena orilla en la playa de San Miguel no llegaron a buen puerto. Tras una escena agónica en la que intervinieron miembros de Equinac y otros ciudadanos que vieron en un primer momento al cetáceo, solo quedó la opción de sedar al animar para dormirlo y evitarle "una muerte agónica y un mayor sufrimiento".

Así lo narra la propia organización en su página de Facebook, donde se detalla todo lo sucedido ayer en El Zapillo. "El delfín, que se encontraba exhausto, estaba lleno de heridas y golpes, muy parasitado y acudió a los brazos de nuestro compañero. Esto no ocurría si el animal se encontrara sano y con fuerzas; esto ya nos indica que, efectivamente, está agotado; de no ser así, un delfín jamas dejaría que lo cogieras y mucho menos acudiría a que lo sujetaras", explican en Facebook.

"Viendo que el animal está sin fuerzas para salir a respirar y que va a ahogarse, se decide sacar al animal, maniobra nada fácil con un delfín de gran envergadura, con el oleaje del mar golpeando con fuerza a ambos, y con el peligro de los remolinos que se forman en la rompiente", continuó la dramática escena. 

Mientras llegaba el equipo veterinario de Equinac, los miembros de la oganización allí presentes comprobaron que el animal era un delfín muy mayor, que había perdido varias piezas dentales a causa de la edad y que estaba "lleno de cortes y roces por todo su cuerpo, presentaba muchos parásitos, sangraba en su morro, vomitando agua y espuma y en estado de insuficiencia respiratoria". En ese momento, el equipo de Equinac decide ayudar a morir al cetáceo para evitarle una mayor agonía en la orilla almeriense.

Todo ello, con "el peor escenario" posible: Elsa golpeando con viento y oleaje tanto al animal como a aquellos que lucharon por salvarlo.

Qué hacer si vemos un delfín

En la misma publicación, Equinac recuerda qué se debe hacer ante un caso así: "Si inicialmente no se hubiera reintroducido al animal, no se hubiera dado esta situación de peligrosidad, se le hubiera ahorrado al animal tener que luchar por intentar mantenerse a flote y respirar. Por eso es tan importante entender que los cetáceos no son peces, y que cuando encontramos uno varado en la arena es porque tiene un serio problema o está muy enfermo. Al igual que no lanzaríamos colina abajo a un animal silvestre que encontráramos en el suelo tirado, debemos aplicar la misma lógica ante el varamiento de un cetáceo. Si reintroducimos al animal por nuestra cuenta, solo estamos propiciando que el animal termine ahogado, golpeado contra las rocas, o vare de nuevo en una zona de peor acceso".

Además, Equinac recuerda que "su manipulación y manejo solo lo puede realizar una entidad autorizada por la administración", como es el caso de la propia organización. Ante una situación así, lo primero es ponerse en contacto con instiituciones como Equinac que, no obstante, recuerdan que su trabajo "en el 99% de las tortugas es para recuperarlas con éxito total y devolverlas al mar; otras veces, por desgracia en el 99% de los cetáceos, es para ayudarles a morir, y evitarles una muerte agónica y con mayor sufrimiento, porque para eso también nos necesitan".