El sorpasso de la droga en Almería

Una finca rústica frente a las aguas de Cabo de Gata. Un bloque de viviendas abandonado en Cortijos de Marín. Un invernadero en El Ejido. Y en Campohermoso. Y en Lucainena. Y piso en El Zapillo y un búnker en El Puche. Y la despensa oculta de ese restaurante del polígono.

La mancha verde de la marihuana se extiende por toda la geografía de la provincia en un ‘contagio’ sin precedentes. La alta demanda del mercado y la facilidad para obtener la materia prima disparan año a año la producción clandestina. Ni las alarmas de las autoridades ni los esfuerzos de policías nacionales, guardias civiles y hasta policías locales han conseguido frenar este fenómeno.

Lo acreditan las cifras publicadas por el Ministerio del Interior. En el año 2006 se produjeron solo tres detenciones en la provincia de Almería por cultivo y tráfico de marihuana, una cantidad irrisoria para el volumen del negocio actual. En el año 2018 se rozaron los 200 arrestados y en 2019 la cifra se disparó hasta los 430 detenidos.

El cultivo clandestino se ha ‘popularizado’. Ha pasado de las manos de traficantes especializados a cientos de pequeños agricultores convertidos en la base de producción de redes  criminales de exportación a los países del centro y norte de Europa.

El resultado no es solo un aumento de las detenciones por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, sino también un crecimiento sustancial del volumen de incautaciones.

Según datos de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería y la Comisaría de la Policía Nacional, durante el año pasado se produjeron 1,5 decomisos de marihuana al día por todo la geografía de la provincia.

Esta exigencia supone, además, la ayuda inestimable de unidades no especializadas que se implican en la lucha contra el narcotráfico junto el EDOA y la UDYCO. No son infrecuentes los hallazgos realizados por agentes de Seguridad Ciudadano o incluso del Seprona.

La evolución La evolución es significativa. En el año 2015 se aprehendieron 9.000 plantas de marihuana en la provincia de Almería, mientras en el ejercicio 2019 este indicador anotó 114.000 plantas, según el Ministerio del Interior.

Y los informes no parecen apuntar hacia una caída de la curva en el negocio de la picadura. Más aún, la extensión de los cultivos de cannabis y la presión policial han producido un cambio histórico para la delincuencia organizada en la provincia. Desde el año 2018, por primera vez, los agentes arrestan a más personas por el cultivo o tráfico de marihuana que por el hachís.

De hecho, los informes del Ministerio del Interior, facilitados en el Congreso de los Diputados, muestran una línea ligeramente descendente de los detenidos por hachís a principios de la década (de 350 a 150 personas) y, al mismo tiempo, un aumento de los traficantes de cannabis sátiva.

Un mercado ilegal para cubrir el hueco dejado por otro. Un sorpasso de la droga en la provincia de Almería. Un nuevo reto.