Ha llovido esta madrugada. Me ha despertado el repiqueteo de las gotas de agua en el cristal de la ventana. Aún era oscuridad. Con el clareo mañanero he pillado mi calle acicalada con pétalos de azahar de los naranjos rebosantes de naranjas brillantes. De las toronjas caen goteras de la llovizna, se colman de agua los alcorques. Poquito a poco se han abierto balcones, ventanas, terrazas; vecinos con los últimos prototipos de batas, pijamas y otras vestimentas de este porte, nos hemos saludado a viva voz, a estas alturas se pierde la vergüenza, nos hemos recreado en el color blanco, color blanco de la flor del naranjo, como si hubiera mudado en nieve. Espectacular el paisaje, el paisanaje, el estallido incontrolado de euforia. Señor, con qué insignificancias nos alegramos ahora la vida.
Mi amigo Justo ha tenido que viajar inexcusable y justificadamente a Madrid. Me llama telefónicamente para comentarme que en seiscientos kilómetros no ha encontrado ningún control. Tal vez no haya visto el helicóptero, digo yo por no callar. Sea como fuere, Justo es prudente en carretera, dispone de todos los avales para viajar a la capital de España, así que, nada, si le hubieran parado no habría tenido problema alguno. Todos tenemos un gran problema encima, como si no fuera suficiente con ello algunos idiotas han soltado granadas de humo con el asunto este de la República, lo de no querer ver ningún Jefe de Estado con uniforme militar. Vaya momento para abrir un debate de Estado. Tenemos ministros virulentos en el Gobierno del Reino de España. Será porque de algún modo han de hacerse notar, o quizá estén hartos de ser figuritas de Lladró. A mi entender han vomitado sus frustraciones sobre casi veinte mil muertos en España y millones de personas con el temor al contagio o a la pérdida de empleo, que estos asuntos sí son realmente importantes ahora. Dice Ignacio Varela: “La insigne chorrada es digna de su autor (Iglesias), quien, sin duda, en el instante del espasmo recordó a Hugo Chávez y Maduro, o a los hermanos Castro, siempre tan inmaculados en sus ropajes civiles”.
José Miguel, mi amigo José Miguel Corral, responsable del Guadalinfo de Turre, me hace llegar un vídeo que me reconcilia con el ser humano. Es la canción ‘Imagine’ subtitulada y en lenguaje de signos. Participan varias personas en esta magnífica representación a las que no hay modo de reconocer y agradecer su bien hacer. Qué quieren que les diga, una lágrima ha tomado vida propia. Según mi entender, con un dinamizador social como José Miguel Corral, Turre es un municipio afortunado. Sin titubeo alguno, es inestimable la labor de la red Guadalinfo. En este punto, me gustaría destacar la inmensa labor de tantos y tantos colegas periodistas que con micrófono en mano se echan a la calle, se acercan a los llamados “puntos calientes”. Un aplauso para ellos a la hora que sea. Me asomaré al balcón, les aplaudiré desde aquí porque ya es sabido que yo, sin dudarlo, me quedo en casa.
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