Unos 80 militares (59 españoles) del contingente EUTM Mali aterrizó la tarde del viernes en el Aeropuerto de Málaga para poner punto y aparte en la misión internacional de la Unión Europea contra el avance yihadista en el Sahel. Cinco meses después del inicio del despliegue en Bamako y Koulikoró, la crisis del coronavirus ha obligado a recortar sustancialmente el número de tropas europeas en la zona y, por ende, a replegar buena parte del grupo español integrados por soldados de la Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión (la mayoría de Ronda) y de la Infantería de Marina.
Los legionarios volvieron a pisar suelo español un mes antes de lo previsto inicialmente. La suspensión de las actividades de adiestramiento de la tropas malienses el pasado 3 de abril y, más aún, la detección de siete positivos por coronavirus en el cuartel general en la capital Bamako han obligado a cambiar el calendario de la misión internacional.
El coronel Francisco García Almenta, jefe en funciones de la Legión (el general de brigada Marcos Llago está desplegado en misión de la ONU en Líbano), recibió a los soldados en Málaga.
En esta rotación falta un pequeño grupo de legionarios de Viator que permanece como el último retén en la base Boubacar Sada Sy de Koulikoró. Son especialistas de máximo prestigio en las Fuerzas Armadas españolas como los artificieros.
Según anunció el Estado Mayor de la Defensa, los soldados llegados la tarde de ayer a España deberán cumplir un plazo de aislamiento en sus casas como medida de prevención, aunque no ha confirmado ningún caso de coronavirus en las tropas acuarteladas desde noviembre en Koulikoró.
La evolución del virus cuestiona también las condiciones del próximo despliegue en Mali. La VII Bandera de la Legión (Viator) lleva meses de preparación para esta tarea, a la espera de órdenes.
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