Ha tenido que llegar una pandemia que paralice la vida de todo el planeta para que, aunque sea de forma momentánea, se produzca un cambio a la hora de analizar lo que es esencial en nuestro día a día. Han sido días encerrados en casa en los que la reflexión ha sido la compañera de la desesperación ante una crisis sanitaria, social y económica que ponía en jaque nuestro mundo.
Conscientes de que durante años los análisis periodísticos de las inversiones de las diferentes administraciones se han centrado en esas infraestructuras, necesarias y que nunca terminan de llegar, durante estos meses de alarma nos hemos empeñado en convertir en héroes a aquellos que trabajan en lo que ahora tenemos claro que son servicios esenciales para la sociedad y que simplemente han seguido haciendo lo mismo de siempre aunque con el doble de presión y casi con los mismos pocos recursos en los que casi nadie se fijaba.
No se sienten héroes y siguen estando aún en lo más alto de la montaña rusa a la espera de que en unas semanas llegue la bajada. Ellos son quienes se han encargado de tejer una red con la que evitar la caída al abismo de muchas familias almerienses que, de pronto, han visto como se paraba su vida. Lo hacían en silencio y con una dedicación del 300 por cien. Son los trabajadores de los servicios sociales municipales que han ejercido de ese primer eslabón de una cadena necesaria para que todo el que se había quedado sin paraguas obtuviera ayuda, ya fuera económica, alimenticia o simplemente, alguien que les escuchase y guiase en una situación desconocida.
Cristina Sánchez, María del Mar Bossini, Nidia Salvatierra y Roberto Aguado son trabajadores de estos servicios sociales municipales. A cada uno de ellos le ha tocado vivir esta crisis sanitaria y social desde un puesto diferente. A unos les ha tocado coordinar los trabajos, a otros ejercer su labor como trabajadores sociales para evaluar la situación de cada uno de los demandantes de ayuda, y hay quienes han sido los encargados de trazar las hojas de ruta, de encontrar aquellos recursos necesarios para que encontraran una salida laboral de futuro.
Desbordados Todos reconocen que la situación les ha desbordado, algo de lo que saben mucho ya que trabajan al límite. Tanto que han tenido hasta que cambiar en parte la metodología de trabajo. En el día a día “lo más importante es conocer a los usuarios, no solo su situación económica sino todo lo que les rodea para saber realmente las causas de sus problemas” y, evidentemente, hacer muchas de estas gestiones por teléfono complica mucho el nivel de conocimiento pero “gracias a la profesionalidad y la experiencia, se ha podido realizar”, afirmaba Bossini.
Atención permanente Y es que durante esta crisis “siempre se ha descolgado el teléfono. Si no se les ha podido atender un día, se les ha llamado al día siguiente”. Tanto es así que se han gestionado más de 26.000 llamadas ocupándose de un total de 12.400 casos entre tarjetas de alimentación de Cruz Roja, la consecución de la renta mínima, ayudas económicas o ayuda a domicilio.
Esta atención no se consigue con un horario de 9.00 a 15.00 horas, el horario de un funcionario. Explican de hecho los funcionarios que en esta cuarentena no han tenido horas porque “cuando parabas pensabas en que en ese tiempo quizá te daba margen a acelerar algún expediente, y sobre todo cuando venía el fin de semana o los días festivos, querías tenerlo todo presentado para que se pudieran acoger cuanto antes”, afirmaba Salvatierra.
“El principal trabajo que hemos tenido en la cuarentena ha sido calmar a la gente. Entenderlos. Tener empatía”, explicaba Roberto Aguado. Y es que para muchos de los que llamaban casi con una crisis de ansiedad, esa era la primera vez que tenían que recurrir a los servicios sociales y lo hacían con un desconocimiento enorme de lo que allí se gestiona. Llegaban con esa especie de vergüenza por necesitar ayuda. Por todo ello, lo primero era “hacer una labor pedagógica” para que entendieran que estos servicios son tan suyos como los son los servicios de la sanidad o la educación.
Colaboración A partir de ahí “muchos llamaban después para dar las gracias y comenzaba el boca a boca”. Ellos se han encargado en este tiempo de hacer las valoraciones para el acceso a las ayudas económicas o alimenticias puntuales, pero también de temas como la gestión de trámites que se realizaban de forma telemática y que, en muchos casos, no podían ejecutar o por no contar con equipos informáticos o por desconocimiento. “La brecha digital es enorme, y tratar de salvarla ha sido uno de los elementos en los que más se ha trabajado. De hecho, en algunos casos incluso, conocedores como éramos de sus problemas para comunicarse, hemos optado por realizar nosotros las gestiones”.
Todo este volumen de trabajo, la presión que conlleva el saber que de ti depende en gran medida la solución de los problemas de otros, pasa factura y “hay días mejores y peores”, “momentos de angustia vital porque no puedes llegar a todo”, como explicaba Cristina Sánchez. Para mantenerse en pie ha sido fundamental “el apoyo entre todos” que han acabado tejiendo su propia red de seguridad en la que refugiarse cuando flaqueaban las fuerzas o se descubría que había alguna petición a la que no se podía dar, respuesta. Y es que, de ellos, de su trabajo, ha dependido mucha gente.
Volcarse con la atención a los demás En esta crisis sanitaria es cierto que lo más importante es el trabajo desarrollado pero los datos “también son importantes”, como explica la concejal de Asuntos Sociales y Familia, Paola Laynez. Y es que más de un centenar de personas entre funcionarios del área y aquellos que han arrimado el hombro de otras, los que han colaborado.
Atenciones A lo largo de la cuarentena, desde los servicios sociales se han atendido 26.000 llamadas y gestionado 12.400 asuntos que van desde alimentos, a la gestión de la renta mínima, ayudas económicas o ayuda a domicilio. A través de los convenios de colaboración, se han atendido unas 1.600 familias por parte de Cruz Roja, 20 familias por Cáritas y se han tramitado un total de 834 resoluciones de ayudas de emergencia por parte del Ayuntamiento.
Cuantías Según explica Laynez, desde el Ayuntamiento se contaba con una partida de 600.000 euros para atender a las personas con mayor necesidad, y de ella, ya se han agotado más de 400.000.
Tramitación Desde el Consistorio se aprobaron modificaciones en lo que a las tramitaciones administrativas se refieren para acortar plazos de forma que la atención se pudiera realizar de una forma más rápida.
Presupuesto Ante la situación económica y social, la apuesta del Ayuntamiento pasó por realizar modificaciones presupuestarias para dotar al área de Servicios Sociales de mayores recursos. Y es que, asegura Laynez que “este área es la más importante del Ayuntamiento y por ello, todos se volcaron para que pudiéramos atender a más gente”.
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