“Los que conocemos a un Ponce calmado nos ha asombrado sus muestras en redes”

El almeriense Sergio Morante, que estudió periodismo en Sevilla, se define como comunicador

Juan Antonio Barrios
23:16 • 11 sept. 2020

El prestigioso periodista almeriense Sergio Morante estudió periodismo en Sevilla, ciudad donde ejerce su profesión en Canal Sur Televisión. Le gusta definirse como comunicador. Con respecto al atípico verano, ha descubierto su amistad con Paloma Cuevas, pero también se extraña con su amplia exposición en redes de su amor entre Enrique Ponce y Ana Soria.  






Sergio Morante, como periodista, ¿cómo ha visto el verano donde los protagonistas han sido Paloma Cuevas y la pareja Enrique Ponce y Ana Soria?



Ha sido un verano muy extraño porque para los que hemos hecho siempre prensa social, Paloma Cuevas y Enrique Ponce era una pareja modélica. Me ha sorprendido que esto surja así. Cada uno es libre de hacer lo que quiera y si es cierto, como ellos dicen, que llevan mucho tiempo con su relación sentimental perdida y que se mantenían como pareja por la familia, es lógico que en algún momento estalle. Lo que pasa es que nos ha sorprendido a todos  porque de ver a Enrique calmadito, que sólo hablaba de los toros y que por redes sociales se prodigaba muy poco y de pronto ver a Enrique Ponce con esa explosión de amor, romanticismo y demostrando a cada minuto ese sentimiento por Ana, a los que lo conocemos nos ha asombrado. Aunque él es así. He estado con él en momentos y es un tío efusivo, pasional, pero nunca esperaba que lo expresara tan en público.     






¿Cuántos años lleva Sergio Morante ejerciendo el periodismo?



Llevo 30 años. Desde pequeño era el típico niño que llevaba una grabadora en la mano. Me hacía mis propios programas de radio. Realmente mi primer programa fue La Barca, en Rueda Rato, los sábado, junto a un grupo de niños y presentado por Menchu del Valle. Nos pagaban a los niños cada quince días con una mochila de galletas. Mi primer trabajo serio fue en TelePoniente, Canal Si, con mi tía Maruja Sánchez Miranda, que era su propietaria. Cuando vio esas ganas que tenía de trabajar habló con mis padres. Mi primer programa fue con Andrés Caparrós. Nos sentaba a Mara Soria, Celia Blanco y a mí en una terraza del Puerto Deportivo de Aguadulce. Después me puse a estudiar y todo fue rodado. Acabé la carrera y tres meses después estaba trabajando en Canal Sur.       





¿Dónde estudió?

Estudié la carrera en Sevilla por casualidad. Eché solicitudes en todos lados pero Sevilla fue el primer sitio donde avisaron y había una residencia de estudiantes. Ese mismo día, estábamos tomando café en una plaza sevillana y en ese instante pasó una procesión que se conoce como la Divina Enfermera. Me dijo mi madre, eso no puede ser casualidad. Una procesión decidiendo tu futuro, te quedas en Sevilla. Llevo en la capital hispalense desde el año 1993.   


¿Cómo se define como periodista?

No me gusta definirme como periodista. Me defino más como comunicador. Un tipo con una perspectiva muy particular de la realidad que intenta hacer partícipe al público de esa visión que tengo de lo que sucede y que intento contarlo de la manera que entretenga más. El periodista va más a contar los hecho y yo, más que narrar un boletín de noticias, lo cuento a mi manera, dejando ver mi punto de vista.    




¿De todas la parcelas de la información con cuál se siente identificado?

Yo me siento muy identificado con el Sergio de la época de ‘Vaya Tela’ porque la temática era el periodismo social, con personajes populares pero dentro de contarlos desde otra perspectiva, con mensajes de dar buen rollo a la gente. Ver que a la gente le gustaba y seguían mis locuras a mí me ha satisfecho mucho. Aunar información con el humor, lanzando mensajes que puedan servirle a alguien es lo que siempre he buscado.     


¿Esa forma le ha proporcionado libertad?

Sí me ha proporcionado libertad porque todos mis jefes saben perfectamente cómo soy yo. Desde que he entrado en el despacho de un jefe, sabe que mi manera de contar las cosas es tan peculiar que se aleja de cualquier ideología a la que estamos acostumbrados. Las parcelas que me han dado me las he llevado a mi terreno y me han dejado cierta libertad. Esa pausa que los almerienses hacemos antes de discutir tendríamos que exportarla. Mi estilo es muy almeriense.      




¿Es fácil hacer amistades con su trabajo?

Es muy complicado porque nunca llegas a profundizar. Hay personajes que te crees que son muy amigos tuyos y cuando te das la vuelta te dan una puñalada o encontraste, pensabas que no era tan amiga y cuando la necesitas da el callo por tí.       


¿Por ejemplo?

Ahora que he estado enfermo, he tenido el síndrome de intestino irritable, una persona que me ha sorprendido para bien y de cómo se ha portado conmigo es Paloma Cuevas. Con toda la situación que ella ha vivido, ha estado preocupada por mí. Me llamaba y me preguntaba si había comido, si había ido al médico y ahora, a posteriori, que me he enterado de cómo lo ha pasado con Enrique, me ha sorprendido para muy bien. Además, Paloma, realmente es una persona que me conoce del trabajo. Se ha comprometido con mi salud, mi bienestar y con lo que tenía encima. Con el tiempo aprendes a que esas personas que te echan el brazo por el hombro o te dicen que te quieren mucho, desconfía y en cambio las personas que poco a poco te van aportando, vuélcate en ellas.   




¿Hacia dónde le gustaría caminar en el futuro?

Como la pandemia ha coincidido con mis problemas de salud, realmente no he tenido tiempo de darme cuenta de lo que me rodea. En el futuro me gustaría hacer una cosa que han sacado los americanos, pero que en España lo llevamos haciendo hace años y es entretener a la gente mientras informas. En esta época de pandemia he echado de menos algún programa que informara y a la vez entretuviera. 




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