El juicio oral por el crimen del pequeño Sergio Fernández de siete años de edad afronta su recta final. Las partes presentaron este viernes en la Audiencia Provincial de Almería sus conclusiones tras una semana de vistas.
La presidenta del tribunal, la magistrada Alejandra Dodero, emplazó a los miembros del jurado popular a comparecer el próximo lunes para la entrega del llamado ‘objeto de veredicto’, es decir, el cuestionario que tendrán que responder para alcanzar una decisión sobre la responsabilidad de Ana María Baños en la muerte de su hijo.
Las partes han mantenido esencialmente sus calificaciones después de las cinco vistas celebradas en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería. El Ministerio Fiscal solicita prisión permanente revisable para Ana María Baños por un asesinato con alevosía cometido el 10 de octubre de 2019 en una vivienda de Huércal de Almería.
La fiscal mantiene su calificación de los hechos a pesar de la exposición de los peritos del Instituto de Medicina Legal de Almería. Los forenses aseguran que Ana María Baños sufría “un trastorno psicótico” y que estaba “en una realidad paralela”. El brote afectaba parcialmente a sus capacidades volitivas, según los peritos.
No obstante, la fiscal entiende que la afectación de sus facultades es “leve” y conserva la solicitud de la máxima pena contemplada en el ordenamiento jurídico español: prisión permanente revisable.
Posiciones
También piden la cadena perpetua las acusaciones particulares en representación del padre del menor y de los abuelos. Ellos han mantenido desde el mismo día del suceso que Ana María Baños era plenamente consciente del crimen y que buscaba dañar a su ex pareja, a la que presuntamente acosaba desde la separación. Las acusaciones no cedieron ni un ápice en sus informes finales y piden al tribunal del jurado la pena más alta para Baños por el asesinato de su propio hijo en octubre de 2019.
La autoría material no está discutida por ninguna de las partes, incluyendo a la defensa, pero existe una controversia importante sobre la salud mental. La abogada de Ana María Baños solicitó la absolución por una eximente completa por la alteración de sus capacidades volitivas.
A su favor tiene el historial clínico de la acusada, con un ingreso involuntario en Salud Mental en julio de 2019, tres meses antes del crimen del pequeño. Y, en contra, está un informe médico contratado por la familia que discute a los forenses y asegura que Baños no estaba enferma, aunque tuviera un estado psicológico depresivo o frustración por la pérdida de la relación matrimonial.
Durante el juicio no se ha abordado en profundidad las quejas mostradas por Sergio Fernández, el padre del niño, por el trato recibido de las administraciones en los meses previos al crimen. Una denuncia de violencia de género que resultó ser falsa le supuso la pérdida de la custodia y una larga lista de problemas para ver a su hijo. Solo recuperó la custodia a principios de octubre de 2019, meses después del ingreso en Salud Mental de Baños y tras decenas de denuncias en varios estamentos.
Deliberación y veredicto
Los nueve miembros del jurado popular recibirán previsiblemente el objeto de veredicto a primera hora de la tarde del lunes. Antes, el tribunal y las partes implicadas tendrán que acordar las condiciones de ese cuestionario. Luego, los jurados empezarán su deliberación a puerta cerrada hasta alcanzar una decisión. El mecanismo tiene cierta complejidad, pero se resume en la contestación de una serie de preguntas que terminarán en unos hechos probados. El jurado no tendrá que decidir la condena, esa labor corresponde a la magistrada Dodero. Si existe consenso y el veredicto está técnicamente bien formulado, el fallo podría conocerse la tarde del martes. En juego está esencialmente si Ana María Baños será condenada a prisión permanente revisable por matar a su hijo.
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