“Que no lo sé, que no trabajo en el Ayuntamiento, solo escribo sobre él”. Si me dieran un euro por cada vez que le he dicho esa frase a mis amigos cuando me interrogaban hasta llegar a la letra pequeña de cualquier contrato municipal, podría irme de crucero cuando acaben las restricciones provocadas por la COVID-19. Y no es que me moleste que me pregunten cuándo comienza el plazo para pagar el IBI, si ya se pueden pedir las ayudas para el alquiler de viviendas en el Casco Histórico, o si hay mucha cola para el voto por correo. Para nada. En el fondo para eso está el periodismo, sobre todo el más cercano, el periodismo local, para ser útil a los demás.
No voy a negar que a veces, muchas, me hacen preguntas para las que no tengo respuesta y es ahí donde precisamente termina mi labor ‘de informadora’ para cambiarla por la de ‘preguntona’. Me toca buscarle una respuesta. No es una labor fácil, se lo puedo asegurar. A veces no hay quien lo explique, otras quien quiera explicarlo, pero ahí seguimos analizando actas de juntas de gobierno revisando las contrataciones municipales, pliegos de condiciones de obras que se van a desarrollar en la plaza que está al lado de su casa, o las condiciones en las que se realiza el servicio de recogida de basura para que usted sepa lo que paga cuando le pasan el recibo por el banco.
En estos tiempos en los que todos estamos en las redes sociales, que las instituciones publican también sus propios contenidos, ¿qué papel le queda a los medios de comunicación? El mismo que tenían. El de ser útiles. El buscar la letra pequeña de esa ayuda que quiere solicitar, las posibilidades que tiene para acogerse a las bonificaciones de la tasa de basura, o el recordarle a la empresa de transporte que su barrio lleva reclamando el conectarse a través de un autobús desde hace años.
Reconozco que a veces peco de ombliguismo y me centro en aquello que yo conozco. Ya saben que mi especialidad es lo municipal, pero darle respuesta a sus preguntas no es algo propio, sino que es uno de los pilares de los 80 años de historia de La Voz de Almería. En esta pandemia lo fundamental ha sido contarles la situación en la que está cada uno de los municipios de la provincia, la de los diferentes distritos sanitarios. Aclararles lo que pueden hacer, dónde pueden acudir en caso de que necesiten atención, las medidas a cumplir, los lugares de los cribados, quién y dónde puede vacunarse… Un trabajo destinado a que en caso de duda pueda consultar nuestras páginas, físicas o virtuales, en busca de respuesta.
En ellas también encontrarás el último libro que ha salido al mercado o que ha ganado un premio nacional demostrando que la literatura almeriense, esa que escribe su vecino y a la que posiblemente no le había prestado atención hasta ahora, tiene un nivel altísimo. Puede saber qué se está haciendo en el interior del Hospital Provincial tras la lona que tanta curiosidad le levanta al pasar por la calle Hospital, o conocer qué hacen esos arqueólogos que vio trabajando en su última visita a la Alcazaba.
Y es que nuestra misión es darle respuesta a sus preguntas. Hasta ahora se la hemos brindado en nuestra versión de papel. La han encontrado en su quiosco, en su cafetería, en su trabajo. Allí seguimos y le seguiremos esperando. Pero desde hace unos años también lo hacemos a través de nuestra versión digital. En estos tiempos en los que los cambios tecnológicos van a un ritmo vertiginoso, también nosotros nos adentramos en un proceso de transformación digital que se ha acelerado con la pandemia. En ello estamos trabajando, analizando cuáles son las preguntas para las que buscan respuesta, y ofrecérselas en un nuevo formato digital. Pero el objetivo sigue intacto: serles útiles.
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