En la ya mítica revista La Cimbra de 2001 se publicó por primera vez un artículo bien estructurado sobre el periodo de las minas de Bédar que va desde 1952 a 1970, firmado por usted, el añorado Segundo Ramírez Rodríguez y Emilio Ruiz.
Además, hay un libro de publicación para el verano, escrito por el investigador y médico de Bédar, que ejerce en Francia, Juan Antonio Soler y un inglés afincado en El Pinar (Andrew Devey). Ya han publicado un video de adelanto en el que el gran Diego Rubio, que fue minero, músico y de gran memoria y yo, aparecemos. Tengo ganas de que se publique con todas las investigaciones a las que dan forma al libro que tiene 500 imágenes inéditas e históricas.
¿Qué heridas dejó la mina?
Lo más dramático fueron tres muertes y el dolor dejado a sus familias y a todos. Dos muertes se produjeron en las galerías. Recuerdo a Juan Rubio Mañas de Bédar y Andrés de una barriada de Bédar. El padre de Juanita y Marianín, nuestras paisanas de Los Gallardos, Juan Gómez quien recibió un golpe en la cabeza con la locomotora que manipulaba. Como ha ocurrido en todas las explotaciones mineras, trabajo muy duro y mal pagados.
Silicosis, el depósito de moléculas de sílice en los pulmones.
Se informaba de las consecuencias del trabajo tan duro y de las posibilidades de la silicosis que encabezaba la lista de enfermedades. Lamentablemente, sigue siendo así en las explotaciones de cualquier cantera con mayores medidas de seguridad e higiene en el trabajo. Otro golpe de esos años fue el cierre de las minas que provocó la emigración masiva, entre ellas dos de mis hermanos: Antonio, que se instaló en Bilbao y Pepe, que era maquinista en el Pozo de Tres Amigos y emigró a Alemania donde murió por culpa de un infarto.
La pasión por la medicina es notable desde su etapa en las minas y todo el pueblo sabe que usted ponía inyecciones, al igual que el barbero Juan Gallardo.
Hubo un tiempo que no hubo médico ni practicante en épocas de vacaciones o bajas. Todo lo aprendí en las minas al observar el trabajo de una eminencia como el médico don Jacinto Escudero. Hacía curas y ponía inyecciones. Tenía seguridad en lo que hacía por el apoyo y confianza que me dio el doctor Escudero.
ATS en Cabo de Gata y Turre
Se cerraron las minas y pude hacer trabajos de administrativos para varias empresas con el constructor Pedro Jerez de Alfaix y con Pedro García del complejo El Continental de Mojácar. También fui cartero interino, tras la jubilación de mi suegro Andrés Torres. Mientras tanto, iba a la Universidad de Murcia para hacerme oficialmente ATS. En Cabo de Gata me sentí como en mi propia casa. En Turre, y en las guardias de Mojácar, trabajé con otros grandes facultativos como Ramón Esteban, y tu añorado Cristóbal Fernández de Sorbas. Eran tiempos de mucho respeto a los sanitarios.
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