Llamada de alerta a la población ante las temperaturas extremas

La previsión de que una masa de aire extremadamente cálido se desplace hacia buena parte del este peninsular ha obligado a activar todas las alarmas. Las temperaturas de los tres próximos días estarán entre las más elevadas de los últimas décadas y eso pone en riesgo a la población más vulnerable.

Instituciones como la Agencia Estatal de Meteorología, Protección Civil, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía o la Asamblea Local de la Cruz Roja de Almería han lanzado ya mensajes destinados a la población para que extremen las precauciones ante temperaturas que pueden superar los cuarenta grados, sobre todo en la jornada del lunes.

Vulnerables
Los principales destinatarios son aquellos segmentos de población que pueden sufrir los mayores riesgos, entre ellos la tercera edad, los niños, los que padezcan enfermedades respiratorias o crónicas o las personas que trabajan a la intemperie. Todos ellos son susceptibles de sufrir los conocidos como ‘golpes de calor’, que pueden llegar  a producir la muerte.

Uno de los riesgos más evidentes es que un calor extremo puede provocar episodios de deshidratación importantes, por lo que se aconseja beber líquidos en abundancia en las horas de mayor calor. En esos periodos de temperaturas más altas se aconseja además evitar salir a la calle o, en casos extremos de riesgo, incluso buscar centros comerciales o edificios con aire acondicionado y tratar de mantener las viviendas lo más frescas posible.

Alerta sanitaria
Una investigación impulsada por La Fundación La Caixa, y desarrollada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación la Caixa, concluye que episodios de calor como el que se avecina, o los que se sucederán con el agravamiento del cambio climático en los próximos años, concluye que el balance de la mortalidad asociada a las temperaturas crecerá en las próximas décadas. Según ese estudio, publicado en The Lancet Planetary Health, el descenso en las muertes atribuibles a las temperaturas bajas no compensará el incremento cada vez mayor previsto en la mortalidad asociada al calor.