Sin agua, sin comida, sin protección, los náufragos cayeron a las aguas del Mar de Alborán la madrugada del 20 de diciembre de 2018. La patrullera de la Guardia Civil los encontró en situación extrema a unas 13 millas náuticas de las playas de El Ejido, paralizados por el frío y sometidos por las olas. El caso se convirtió en otro episodio trágico de la migración clandestina en la frontera sur, con 13 muertos y decenas de heridos, con golpes, erosiones, deshidratación e hipotermia.
Ahora, el suceso cierra la vía judicial con la confirmación de una condena de nueve años de prisión para los dos patrones de la embarcación. La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado las penas para dos varones subsaharianos responsables de 13 homicidios por imprudencia.
La justicia les culpa de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros por coordinar la travesía y ordenar a los viajeros y, al mismo tiempo, por contribuir a un viaje kamikaze en un bote que no reunía las mínimas condiciones para cubrir la distancia entre Marruecos y Almería.
Condiciones
Los 55 viajeros partieron desde una playa cercana a la localidad marroquí de Nador y pasó horas a la deriva en pleno invierno con un motor de 25 caballos de potencia que falló a medio camino. Había ciudadanos de Mali, Senegal, Costa de Marfil y Guinea Conakry. Pagaron una media de 2.000 euros por poder montar en la lancha neumática.
“Era totalmente inadecuada para el transporte de personas en una travesía de este tipo, careciendo de las mínimas condiciones de seguridad, como bengalas, balizas de señalamiento, botiquín y chalecos salvavidas”, dice el tribunal.
“Tampoco tenía ningún elemento que sirviera para comunicarse con el exterior en caso de ser necesario, no proporcionando los organizadores del viaje a los inmigrantes ni comida ni agua, poniendo en riesgo la vida, la salud y la integridad de los ocupantes”, añade.
El motor que propulsaba la embarcación era aproximadamente de 25 caballos, insuficiente por tanto para realizar el trayecto que se proponían hacer los acusados, debido o lo cual, la misma se quedó sin combustible permaneciendo a la deriva durante horas en alta mar, con unas condiciones meteorológicas adversas debido al fuerte oleaje, que provocó que entrara agua en la embarcación y que cayeran varios de los ocupantes de la patera al agua.
Muertos sin nombre
En la travesía fallecieron un número indeterminado de personas, aunque Salvamento Marítimo pudo recuperar en el momento del rescate en el interior de la embarcación los cuerpos sin vida de 11 migrantes. Otras dos personas perdieron la vida durante el traslado al Puerto de Almería y en las primeras horas de atención en Torrecárdenas. Eran 11 varones y dos mujeres, de los cuales solo tres de ellos fueron identificados plenamente (dos malienses y un costamarfileño menores de 30 años). El resto recibieron sepultura sin ni siquiera conocerse con precisión su nombre y su origen y sin poder entregar sus restos a sus seres queridos
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