Miguel Delgado
07:00 • 06 dic. 2021
La huella que la pandemia ha dejado en nuestra sociedad se percibe todavía en nuestro particular día a día. Principalmente, el área que más ha sido castigada durante estos casi dos años de pandemia ha sido la economía, ya sea de mayor o menor escala. Pocos ámbitos no han sido teñidos por restricciones y consecuencias económicas. En continua relación con la economía se encuentra la sociedad, no se entendería un campo sin el otro. Bien lo saben aquellas familias que, tras la llegada de este virus, se han visto obligadas a buscar nuevos senderos laborales. La pandemia aumentó la presión en los hogares, por eso no es de extrañar que durante 2020 el impago de los alquileres de los almerienses experimentaran un aumento del 73 por ciento respecto al año anterior, según muestran los datos del decimotercer informe del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM).
Las cifras
Almería no es ajena a esta situación, que también experimentan el resto de las provincias de Andalucía, por eso en la actualidad se sitúa como el cuarto territorio en el ranking andaluz de morosidad. Las mayores cifras de impagos las registran las provincias de Málaga, con una media de 7.140 euros y la siguen Sevilla 7.000 euros y Granada 5.150 euros. La situación de Almería no es esperanzadora, se sitúa en cuarta posición, donde las familias han contraído una deuda en el alquiler de sus hogares por valor medio de 5.120 euros. De cerca le siguen Cádiz 4.540 euros, Córdoba 4.260 euros, Huelva 3.610 euros y Jaén 2.795 euros.
Trasladado al ámbito patrio, este territorio se sitúa en las mismas circunstancias que provincias como Toledo, Valencia, Valladolid o León. De hecho, la cantidad que dejaron de pagar los inquilinos almerienses, 5.120 euros, es menor que la media nacional, que se sitúa en los 6.300 euros, pero también por debajo de la media andaluza, situada en los 5.700 euros. Es previsible pensar que el comportamiento de estos datos no se hayan mantenido de la misma manera durante los doce meses del año.
Teniendo en cuenta que la variación entre el año 2019 y 2020 es de un 73 por ciento, pensar que los arrendatarios contrajeron mayor deuda durante los meses de confinamiento no está fuera de la lógica. Debido a que durante ese tiempo fueron muchas las personas que perdieron su trabajo, como reflejan los datos de desempleo desde el mes de marzo de 2019 en nuestro país, tras el confinamiento nacional, decretado por el Gobierno desde el día 14 de ese mismo mes.
Subida exponencial
Sin embargo, el estudio FIM sobre Morosidad en Arrendamientos Urbanos también muestra un aumento a tener cuenta con respecto a la variación con el año 2018, cuando la tormenta del coronavirus todavía no se intuía y tampoco había hecho estragos en ninguna capa de la economía. Esta variación ha situado porcentualmente a Málaga a la cabeza con un 96 por ciento de diferencia, seguida de Sevilla con un 90 por ciento, Córdoba 84 por ciento, Almería con una variación del 73 por ciento, Cádiz un 66 por ciento, Huelva un 56 por ciento, Granada con un 49 por ciento y Jaén con un 40 por ciento.
La situación socioeconómica en la comunidad autónoma en cuanto al imago de los alquileres es por lo general peor desde entonces, debido principalmente a la situación excepcional provocada por la Covid-19. Como muestra este informe, Andalucía ofrece unos datos desalentadores a excepción de la provincia de Jaén, donde la deuda contraída es menor que la del resto. En cuanto a Almería, los datos también contrastan con el descenso del número de parados durante el mes de noviembre, donde fueron más de quince mil personas las que encontraron trabajo en toda la provincia.
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