Es de Almería, y desde pequeña le llamó la atención la ciencia y la tecnología. “Recuerdo la primera vez que entré a un laboratorio”, dice. “Fue en el I.E.S. Sol de Portocarrero, y creo que en ese momento supe que mi vida tenía que ir ligada, de alguna forma, a este ámbito”. Estudió Bioquímica en la Universidad de Murcia, y luego hizo prácticas como analista de laboratorio de microbiología, y un master de Biotecnología Agroalimentaria en la Universidad de Almería. Hoy trabaja en el equipo de i+d de Vilmorin-Mikado, una empresa dedicada a la mejora genética de plantas y producción internacional de semillas.
¿Cómo te fue la carrera?
Reconozco que hubo situaciones de todo tipo, desde sentirme orgullosa de lo que hacía, hasta tener casi claro que abandonaba. Aunque algo te guste mucho y quieras dedicarte a ello, cualquier grado es complejo, especialmente los de ciencias o tecnología... Pero ahora que han pasado algunos años y lo veo en perspectiva, me alegro mucho de no haber tirado la toalla. ¡Todos nos sentimos así en muchos momentos de nuestra trayectoria! Esto es lo que más me ayudó, tener claro que a veces es normal vernos sobrepasados por la situación, pero que con persistencia y esfuerzo, todo llega.
¿Y por qué Bioquímica? ¿Piensas que las carreras tecnológicas tienen poca representación femenina?
Aunque hoy la situación de los científicos en España es complicada, pienso que este grado universitario ofrece un rango muy amplio de posibles salidas laborales. Y la verdad es que en mi promoción, tanto de grado como de master, había un gran porcentaje de mujeres. Además, mis amigas de toda la vida decidieron estudiar carreras como ingeniería o biotecnología, y han conseguido trabajo y empezar a desarrollarse profesionalmente en lo que les llena.
Es un sector inmerso en toda una revolución, ¿no?
Claro. Cuando se habla de tecnología, quizá pensamos solo en cosas como el teléfono móvil... Pero hay una inmensidad de avances que han mejorado nuestra calidad de vida mucho más allá. Por ejemplo, en el ámbito de la salud: el desarrollo de vacunas que han sido tan importantes para hacer frente a la pandemia. Aunque no me dedique profesionalmente a ello, me fascinan estos avances que han conseguido entender el comportamiento de nuestro organismo, para diagnosticar y hacer frente a patologías que hace años eran letales. Por eso animaría a las chicas que sientan curiosidad por la tecnología, a escoger carreras de este tipo. Es un campo muy interesante, y esencial para el futuro.
Muy bien. Y ahora hablemos de tu trabajo actual...
Concretamente, desempeño el papel de técnico de desarrollo de nuevas variedades hortofrutícolas, y el objetivo es mejorar la calidad y productividad de los cultivos para satisfacer las necesidades de los agricultores, y la demanda del mercado. Al principio no era consciente de la importancia de mi trabajo, pero con la experiencia he comprendido que factores como el cambio climático, o las enfermedades producidas por plagas, nos obligan a desarrollar nuevas variedades que se adapten mejor a estas condiciones...
Claro.
Además, la superficie agraria ecológica en España crece cada año, y lo seguirá haciendo en el futuro, lo que supone una limitación en el uso de muchos productos para el tratamiento de los cultivos. Debemos encontrar variedades que, de forma natural, sigan siendo productivas, pero resistan las condiciones adversas. Este es el segundo año que trabajo en esta empresa, y mi experiencia está siendo muy positiva, por todo lo que estoy aprendiendo a nivel profesional y personal. Lo más importante es el contacto con los agricultores. Hablar con ellos y conocer su valoración, es una de las mejores formas de aprender...
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