Las obras de protección contra desprendimientos en la carretera de El Cañarete que van desde el acceso al puerto deportivo de Aguadulce, en Roquetas de Mar, hasta el túnel de Bayyana en Almería capital, prevén un periodo de ejecución de 28 meses, es decir, dos años y algo más de tres meses, a través de once fases, en las que se producirán "interferencias con el tráfico existente en la mayor parte de los trabajos que se desarrollen".
La memoria del proyecto de actuación para estos trabajos, que fueron formalizados el pasado 11 de mayo a la entidad empresarial Elsamex-Geotalud por 689.199,08 euros, expone que para ejecutar las distintas obras "será necesario el corte total de la carretera" tanto por la necesidad de acopio del material hasta el lugar de su colocación como por la "seguridad para los usuarios de la vía".
No obstante, según recoge el documento al que ha tenido acceso Europa Press, el corte de la carretera se acometerá "en diferentes fases" para que puedan ejecutarse los trabajos necesarios "manteniendo en todo momento el acceso a los residentes y comercios existentes en la vía". Para ello se han agrupado las actuaciones contiguas bajo el criterio de que "no exista ningún acceso, comercio o residencia entre ellos".
Para prevenir situaciones de riesgo para nuevos desprendimientos, se han diseñado un total de once actuaciones, que junto a las protecciones existentes en el resto del tramo, tienen como función principal reducir la probabilidad de alcances de las rocas desprendidas a los vehículos. También se plantea sustituir algunos de los elementos ya deteriorados.
Así, para afrontar las once actuaciones en las que se ha dividido la obra, se establecen seis fases distintas para el corte total de la carretera, que atraviesan de media unos 15.000 vehículos diarios. Como hasta ahora, los vehículos afectados por las obras serán desviados por la Autovía del Mediterráneo A-7 mientras que la N-340a, objeto de la obra, será señalizada con cartelería previa a la zona de corte tanto en Aguadulce como en Almería.
Las actuaciones previstas para las protecciones contra desprendimientos en el proyecto se basan en el empleo de sistemas de protección pasivos, como pantallas dinámicas, como otros activos entre los que se contemplan red de cables, mallas de triple torsión reforzadas y otras colgadas.
El proyecto detalla los problemas detectados en cada uno de los puntos kilométricos analizados junto con sus particularidades, como la proximidad a túneles o a espacios habitados, y las soluciones contempladas para evitar nuevas caídas de rocas, entre las que se dan la instalación de barreras, prolongación de otras ya existentes o desmontes, entre otras posibilidades.
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