Primero fueron unos simples mareos. Poco después, los mareos se convirtieron en desmayos frecuentes que incluso le costaron una rotura de clavícula. Y ahora, más de un año después, la vida ha cambiado por completo para Cristian Bastidas, un joven de 33 años residente en Almería capital que ha visto cómo desde marzo del pasado año 2021 su vida hadado un vuelco y ha pasado de ser una persona con una vida totalmente normal a un joven al que le es imposible moverse sin ayuda y que poco a poco va perdiendo la capacidad de hablar.
La vida de Cristian Bastida cambió de forma radical hace 14 meses y nadie, ni los expertos médicos, ni su familia ni sus amigos saben la razón de la degeneración que sufre y que ahora le mantiene sin poder hablar con normalidad y siendo dependiente por completo a la hora de dar un paso. Han sido miles de pruebas, visitas a médicos de Málaga, Granada, Almería y Madrid y nadie encuentra el por qué del deterioro que sufre Bastidas, un joven procedente de Ecuador y residente en Almería desde hace más de una década y que a diario se enfrenta a un mal totalmente desconocido y que avanza sin control sin que nadie haya podido diagnosticarlo. Esclerósis Lateral Amiotrófica, tumores o infecciones fueron algunas de las posibilidades que barajaron los expertos para intentar saber qué le pasaba al joven ecuatoriano, pero ninguna de ellas era la respuesta.
“Hace un año comenzamos a ver cómo Cristian sufría mareos y los mareos se convertían en la imposibilidad de hablar y moverse sin que nadie supiéramos qué pasaba. Pero todos los amigos nos volcamos con él para llevarlo a los médicos y a decenas de especialistas sin que un año después hayamos encontrado una respuesta”, explica Adrián Gallegos, uno de los mejores amigos de Cristian y quien le acompaña, junto a la madre de este, en su día a día para que no pierda su actividad diaria y para intentar encontrar una respuesta al mal que sufre el joven.
Ahora, tras decenas de visitas médicas y otras tantas sesiones de rehabilitación, los expertos del Hospital Universitario de Torrecárdenas vieron en un estudio genético un gen “extraño” que podría ser el causante del mal que acecha a Cristian, quien se encuentra pendiente de que en el hospital grandanio PTS realicen una revisión de su material genético para intentar dar con un diagnóstico acertado.
Rehabilitación
Pero mientras llega una respuesta que permita saber qué le ocurre a Bastidas y, sobre todo, que dé la posibilidad de ponerle remedio, el joven de 33 años se enfrenta cada semana a duras sesiones de neurorehabilitación a las que, como informa su amigo Adrián Gallegos, ya no puede hacer frente.
“Son entre 650 y 1.000 euros cada mes lo que tenemos que destinar para la rehabilitación y los amigos ya no tenemos dinero para ayudarlo y su familia, su madre, tampoco, ya que dedica su tiempo a ayudar a comer y en el día a día a su hijo y el dinero ya no da para pagar los tratamientos. Pero no es solo eso, son los viajes a las diferentes ciudades para intentar ayudar a Cristian, los gastos en medicina... Y ya no sabemos cómo seguir haciendo frente a todo esto”, explica Gallegos, quien junto con el resto del “equipo” de amigos que se han puesto manos a la obra para recaudar dinero para seguir ayudando a Bastidas han puesto en marcha una campaña de ‘crowdfunding’ en la web www.gofundme.com con la que intentan recaudar 12.000 euros que permitan seguir con la neurorehabilitación que Bastidas lleva a cabo en una clínica almeriense.
“Él es consciente de todo lo que le está pasando y es lo que más nos duele, porque no tenemos manera de seguir con los tratamientos ni con la investigación que le permita recuperar su vida”, explica el amigo desesperado: “Y es que va a más, ahora está perdiendo vista y ya nos han dicho que el siguiente paso es perder audición. Necesitamos auyuda”.
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