Todo apunta a que uno de los principales caballos de batalla de El Toyo -la parcela comercial de 82.000 metros segregados de una pastilla total de suelo de 117.000 metros- puede tener por fin un final feliz después de 16 años de dudas. Joisán (Santaella y Joigca), la empresa propietaria de ese cotizado suelo, por la que suspiró la mismísima Cajamar, ha iniciado los trámites para su desarrollo urbanístico, que pueda servir de motor a una macrourbanización que mantiene todos sus sueños intactos desde que echó andar durante los Juegos Mediterráneo de 2005.
La alianza empresarial, que tiene depositadas muchas esperanzas en esta iniciativa, ha solicitado en el Ayuntamiento un cambio de uso de la parcela de comercial puro a comercial y residencial. De los 82.000 metros brutos del solar, 35.120 serán dedicados a zonas verdes, jardines y parques como suelo público y 41.000 metros a la construcción de un nuevo residencial de viviendas.
Arapiles es el estudio de arquitectura contratado por Joisán para el diseño de este ambicioso proyecto que puede hacer resurgir la urbanización junto con el proceso de venta de parcelas del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía ya en marcha. Para poder llegar a este acuerdo, la empresa propietaria ha renunciado a más de 6.000 metros de edificación a cambio del uso mixto, que se dedicarán también a jardines.
Para la parte de suelo comercial se está negociando con varios operadores del sector de la alimentación y de restauración, desde comida rápida hasta restaurantes, un gimnasio y algún negocio más sobre una superficie comercial aproximada de 35.000 metros, teniendo en cuenta los servicios que demanden los residentes para que puedan ganar en calidad de vida.
La promotora valora el esfuerzo hecho también por el Ayuntamiento para poder hacer despegar definitivamente esta zona de la urbanización capitalina.
El proyecto, que debe contribuir al lanzamiento definitivo de El Toyo, junto a los hoteles y la mejora de la playa, debe ahora de ir pasando etapas en distintas administraciones hasta su aprobación definitiva.
Uno de sus principales atractivos será la gran superficie de zona verde de la que disfrutará superior en superficie al Parque Nicolás Salmerón (3,6 hectáreas) y de similar extensión al Parque de La Familias (4,1 hectáreas). La sociedad Joisán (Santaella y Joigca) se adjudicó la parcela tras los Juegos Mediterráneos de 2005 en rivalidad con Cajamar que habría proyectado allí su sede, antes de decantarse por el PITA.
Joisán pagó por ese suelo de uso terciario al Ayuntamiento en torno a casi 17 millones de euros.
Tras unos años de cierto abandono de la mayor zona residencial capitalina junto a la más consolidada Retamar, el Ayuntamiento ha aprobado inversiones de más de 3 millones de euros con apoyo de los Next Generation para realizar mejoras y combatir la estacionalidad turística en la urbanización, donde hay varios hoteles establecidos que están cerrados la mayor parte del año.
La compañía Joisán, mantuvieron contactos hace más de una década con multinacionales como Ikea, no lograron cerrar un acuerdo con ninguna de esas grandes superficies que podrían haber sido candidatas para su desembarco.
Ahora, con este proyecto ya en trámites en el Ayuntamiento, el desarrollo de la parcela comercial puede dar un salto de calidad a la urbanización de El Toyo.
Una locomotora para cumplir un sueño
Almería viene depositando en los suelos de El Toyo -su sueño residencial desde los años 70- todas sus ilusiones para contar con un gran barrio que sirva de ejemplo de calidad de vida, con campos de golf, espacios verdes, hoteles y playa cercana, un Sotogrande, salvando las distancias, a veinte minutos de Puerta Purchena. El camino, sin embargo desde 2005, ha sido tortuoso -aún lo es- y ahora la zona comercial puede ser la locomotora para que se cumpla al fin ese sueño.
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