La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a penas de dos a dos años y medio de prisión a una decena de traficantes acusados de introducir alijos de hachís ocultos entre mercancías legales a bordo de camiones de gran tonelaje.
Los acusados aceptaron penas de cárcel por delitos contra la salud pública y pertenencia a organización criminal por actividades investigadas por la UDYCO Costa del Sol de la Policía Nacional a lo largo del año 2017, según consta en las diligencias judiciales.
Los acusados utilizaron infraestructuras en la provincia de Almería, donde estaba radicada una parte de la banda criminal desarticulada en la operación. Cuatro acusados procedían de Vélez-Rubio, Vera y Huércal-Overa.
En esta última localidad los agentes hallaron una nave industrial presuntamente utilizada como guardería de la droga, un punto intermedio entre la introducción del cargamento y su emisión a otros mercados fuera de Almería y Murcia. “Contaban con varias naves industriales que utilizaban para la carga, descarga y ocultación”, señala el tribunal.
En mayo de 2017 se descubrieron 20 fardos de hachís entre “una carga legal de palets de papel higiénico”. La droga tenía un peso total de 630 kilos, valorados en cuatro millones de euros, según la tasación pericial que aparece en el procedimiento.
En un segunda fase en junio de 2017, la UDYCO Costa del Sol ‘cazó’ un envío de 1,5 toneladas de hachís en un camión que circulaba por la provincia de Córdoba. Unos diez kilómetros por delante circulaba uno de los detenidos en un vehículo lanzadera, destinado a alertar de posibles controles de carretera.
Unas horas más tarde los agentes interceptaron otro envío de 400 kilos de hachís en un remolque cargado de palets de cebollas. Lo siguieron hasta el peaje de la A7 en Sagunto (Valencia), donde el camión quedó inmovilizado para su posterior registro.
La Policía Nacional había utilizado en su investigación dispositivos de geolocalización que, autorizados por un juzgado de Lorca, se instalaron en al menos dos vehículos de la organización. De esta manera, pudieron efectuar seguimientos con precisión y protegerse del contraespionaje.
Naves
Según la investigación, la banda había dispuesto de un nave en un polígono de Huércal-Overa. Se dedicaban “a la introducción de la sustancia estupefaciente denominada hachís desde el norte de África, para su transporte a través de territorio español y posterior exportación a varios países del norte de Europa, hasta llegar al consumidor”, concluye el tribunal.
“Para ello utilizaban camiones de mayor o menor tonelaje, casi siempre en régimen de alquiler, en los que, además de la carga legal, camuflada entre esta, transportaban la sustancia estupefaciente, también contaban con varias naves industriales que utilizaban para la carga, descarga y ocultación de la mencionada sustancia”.
Uno de los acusados se ocupaba de la gestión de estas ‘guarderías’. “Facilitaba la entrada y salida de los camiones y remolques utilizados en la operación, siempre que resultaba necesario, en las naves ubicadas en el polígono industrial de Huercal-Overa y en el polígono de La Hoya (Lorca)”. La nave de Almería estaba alquilada y contaba con una persona, en paradero desconocido.
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