La Unidad Orgánica de la Guardia Civil (UCO) ha vinculado a dos vecinos de Carboneras con la mayor operación contra el tráfico de hachís realizada en España los últimos años. La investigación permitió la captura del capo de la droga Fikri Amellah en Barcelona y, más aún, conecta a algunas de las mayores redes de introducción de resina asentadas en Andalucía, incluidos el Clan de los Castañas o El Messi del hachís.
Como adelantó LA VOZ este lunes, los arrestados son dos vecinos de Carboneras de nacionalidad española y reseñados como C. C. y J. A. La UCO les sitúa en San Pedro del Pinatar (Murcia) la madrugada del 7 de octubre de 2021. Esa noche agentes de Aduanas apresaron un barco con 4.360 kilos de resina de cannabis.
La operación se saldó con la detención de tres personas, pero nuevos datos conocidos de la instrucción apuntan a “unas 20 personas implicadas” en la maniobra. Entre ellas estarían presuntamente C. C. y J. A., considerados como parte del “escalón de rescate y transporte” (la UCO identifica seis escalones).
La Guardia Civil ha conseguido identificar a 13 personas presuntamente vinculadas a la rama almeriense-murciana. Son dos pilotos de narcolanchas, el capitán del pesquero interceptado en San Pedro, cuatro rescatadores, dos encargados de la logística del transporte, un responsable de la ocultación y los dos almerienses.
C. C. aparece en las diligencias como encargado de “la coordinación y el rescate en tierra”. J. A. es identificado presuntamente como parte del “transporte” del estupefaciente procedente de Marruecos.
¿Qué indicios presenta la UCO?
Los agentes aportan a la autoridad judicial (la investigación está liderada por la Fiscalía de Algeciras, Cádiz) un puñado de pruebas de cargo. La Benemérita sitúa a C. C. en Murcia la noche del 7 de octubre, cuando Aduanas apresó un barco con 4.360 kilos de hachís. La UCO asegura que C. C. utilizó un teléfono para hacer las funciones de coordinador en tierra de la colla de rescatadores y transportistas. Entre dos y tres minutos después de la captura, C. C. presuntamente contactó con M. B. para informarle de que la droga a bordo del pesquero Zaramar fue aprehendida por los agentes.
M. B. llamó luego a A. A. y éste al capo Fikri Amellah, que recogió el suceso en un apunte a mano en una libreta como ‘trabajo 15’. En ese cuaderno hallado por la Guardia Civil en los registros del año pasado había anotaciones de multitud de alijos desde Huelva a la Región de Murcia.
Mientras, a J. A. se le incrimina por el análisis telefónico y, especialmente, por la documentación encontrada por Aduanas en el barco de San Pedro del Pinatar. Como informó LA VOZ, los agentes descubrieron una anotación con el teléfono de su pareja en el barco, si bien nuevas diligencias conocidas añade la existencia de “su documentación personal en una bandolera”. La UCO afirma que “J. A. sería uno de los tripulantes de la embarcación Zaramar, donde se intervinieron los 4.360 kilos de hachís en el puerto de San Pedro del Pinatar”.
La operación tiene una dimensión nacional y se mantiene abierta a la espera de la evolución de las pesquisas de la Guardia Civil, que se topó con un filón con la aparición de los dos cuadernos de Fikri Amellah durante su arresto en Barcelona en octubre del año pasado.
La importancia se mide por la captura del capo de la droga, pero también por las múltiples relaciones con otras organizaciones asentadas en el sur de España y en Marruecos. Amellah es presuntamente la persona que negociaba los envíos y se apoyaba en bandas locales para el trabajo sucio. “Subcontratas”, menciona la UCO en sus informes del caso. La rama almeriense se estudia en el Juzgado de Instrucción número Tres de Vera, aunque no se descarga la inhibición en los próximos días.
El Clan del Golfo de México y La Oficina de Colombia
La investigación de la UCO a Fikri Amellah halla indicios de relaciones con dos de las organizaciones más peligrosas del mundo, El Clan del Golfo de México y La Oficina de Colombia. Según las indagaciones, el capo habría contactado con estos proveedores de cocaína a través de un sospechoso reseñado como J. I. G., que haría de intermediario con las bandas latinoamericanas para el envío de cocaína. Los contactos se hacían con un sistema encriptado llamado Encrochat y el método elegido eran las narcolanchas. También han descubierto posibles negocios cruzados con los clanes gallegos, en una suerte de colaboración conjunta para la logística. La UCO ha imputado a la organización de Amellah un cargamento de 1,3 toneladas de cocaína interceptado en el Puerto de Tánger (Marruecos) el 18 de octubre de 2021, de una tonelada de cocaína en Jadida (Marruecos) en diciembre de 2018 y otra tonelada en Bulgaria en enero de 2020. Existe en la investigación toda una sección dedicada a la financiación. Los pagos se hacían con un método informal, popular en el norte de África, conocido como Hawala. Funciona con intermediarios que ponen el dinero a cambio de comisiones, pero el dinero no viaja físicamente. Los capos mejicanos y colombianos cobrarían a través de un colaborador residente el Dubai, al que apodan El Viejo.
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