El Juzgado de lo Penal número Cuatro de Almería ha condenado a Cosme Prenafeta, histórico jugador internacional de voleibol, a una pena de dos años de prisión por abusar sexualmente de dos jugadoras de 18 años de edad a las que entrenaba en un equipo de formación.
El tribunal considera probado que el entrenador besó a las jóvenes "sin consentimiento" durante una comida de Navidad en el domicilio del acusado en diciembre de 2020, según la sentencia a la que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA.
"Sobre las 18 horas de la tarde aproximadamente, solamente quedaron en el inmueble los tres reseñados, que se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas y participando en un juego que consistía en realizarse preguntas de índole sexual y beber chupitos de alcohol", recoge el tribunal.
En el primer caso, el acusado "la agarró por el cuello con una mano y le dio un besó en la boca, que duró varios segundos", mientras la víctima trataba de retirarse. Esta joven presentó denuncia contra el entrenador y sus intereses fueron defendidos durante el proceso por el letrado Leo Marfil como acusación particular.
Y en el segundo caso, "Cosme se acercó (a la otra joven) cuando estaban los dos recogiendo la casa y, estando en la cocina, en la terraza y en una habitación, en tres momentos diferentes, la besó en la boca y en el cuello, llegando una de las veces a tocarle las nalgas con la mano por encima de la ropa". Esta joven apoyó la denuncia, pero no presentó acusación particular y fue la Fiscalía la encargada de representarla.
El acusado aseguró que los besos se produjeron, pero siempre con consentimiento. En cambio, el tribunal acoge la versión de las chicas. "En el caso que nos ocupa, siendo dos las víctimas afectadas, los testimonios han sido coincidentes de inicio entre ambas, se perciben coherentes, no exagerados, razonables y lógicos".
La magistrada se apoya también en el informe del Instituto de Medicina Legal. La forense avaló la existencia de un trastorno ansioso-depresivo, como adelantó LA VOZ DE ALMERÍA. "La peritada presenta sintomatología
ansioso-depresiva clínicamente significativa y afectación en su vida cotidiana siendo esta sintomatología compatible con los hechos relatados", señala el Juzgado de lo Penal número Cuatro.
"En modo alguno aprecio que las chicas consintieran ser besadas en la boca por el acusado", asevera la magistrada . "Ninguna de las dos quiso ser besada por el encausado, así lo sostuvieron ellas en todo momento, es más, los besos les resultaron sorpresivos, inesperados y desagradables".
La sentencia es contundente. "No esperaban ser besadas por él, no se encontraron cómodas con este hecho, ni lo buscaron, ni consintieron, en reiteradas ocasiones ambas espontáneamente mostraron el rechazo a lo que sucedió con expresiones tales como las siguientes: quiso meterme la lengua pero yo me resistí, no quería, lo aparté con los brazos, usábamos el ir al baño como vía de escape, se me vino encima, me intentaba separar, me sentía como una marioneta, no entendía lo que estaba pasando, estaba asustada, estaba en shock, nos queríamos ir, le dijimos que no queríamos jugar al juego de quitarnos prendas, le dijimos que no queríamos ducharnos...”.
Cosme Prenafeta defendió su inocencia en el tribunal y tendrá la oportunidad de recurrir la sentencia, que le condena también a pagar sendas indemnizaciones de 3.000 euros. La resolución no es firme y podrá presentar alegaciones.
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