“Oí pasos y vi una sombra sobre mí, pensé que me iba a matar”

María relata a LA VOZ su secuestro y cómo escapó cuando era obligada a escribir una carta

Imagen de las cámaras de seguridad, donde el presunto agresor saca a su ex pareja maniatada
Imagen de las cámaras de seguridad, donde el presunto agresor saca a su ex pareja maniatada La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 06 dic. 2022

“Estaba dormida en la cama y oí unos pasos sobre el parqué. Entonces vi una sombra sobre mí. Un hombre con la cara tapada con una mascarilla y una gorra. Al principio no le reconocí. Pensé que era un ladrón o un violador. No sé. Pero le vi los ojos”.




María (nombre ficticio) es una superviviente. Ella puede contarlo. El próximo 13 de diciembre comparecerá en la Audiencia Provincial de Almería para relatar cómo su ex marido la asaltó mientras dormía, la secuestró y la trasladó hasta una vivienda de Almerimar (El Ejido) para obligarla a escribir una carta de despedida mientras la amenazaba con la presencia de un hacha.




La historia de María comienza muchos años atrás. Un hombre. Un matrimonio. Dos hijos en común y 14 años de relación sentimental. Y de problemas. “Siempre fue un hombre muy autoritario y violento, pero yo aguantaba por mis hijos”.




En 2015, según su relato, sufrió un episodio de malos tratos ante los niños y decidió presentar una denuncia por malos tratos ante la Guardia Civil y cortar el contacto de raíz. No fue fácil. El caso aparece en el expediente judicial al lado de una lista de quebrantamientos de condena en los años posteriores.




Eso sí, ninguno como aquella madrugada de junio de 2021. La asaltó cuando dormía y la sacó maniatada de la vivienda, como captaron las cámaras de seguridad instaladas en el inmueble. “Se abalanzó sobre mí. Me tapó la boca y me agarró del pelo”, continúa la mujer en declaraciones a LA VOZ DE ALMERÍA. “Había cortado los cables de las cámaras, pero no sabía que había otras independientes. Yo intentaba gritar, pero me tapaba la boca. Me sacó de la cama por el pelo. Entonces me cogió la cabeza con las manos y me golpeó contra el suelo. Me decía: ‘Cállate, hija de puta’. En el forcejeo, pude verle la cara. Pensé que me iba a matar".



María recuerda todavía impactada la mezcla de sensaciones de ese momento crítico, entre el miedo del asalto y, al mismo tiempo, el escaso ‘alivio’ de reconocer la cara de aquel desconocido en mitad de la madrugada. Solo un suspiro.  “Me tapó la boca con cinta adhesiva y me ató las manos, pero conseguí coger un teléfono móvil. Lo metí entre las piernas sin que se diera cuenta”.




Víctima y presunto agresor salieron de la casa y quedaron perfectamente retratados en una secuencia captada por las cámaras de videovigilancia, recuperadas luego por la Policía Judicial de la Guardia Civil y prueba de cargo en el juicio de la próxima semana.




El acusado la trasladó hasta su propia vivienda, donde una carta y un papel en blanco la esperaban. El texto, recuperado por los agentes, era una despedida de María a su familia y exoneraba a J. de cualquier responsabilidad. El texto transitaba un terreno de ambigüedad entre un abandono y un suicidio.


Según la acusación, el presunto agresor trató de que María copiara con su letra manuscrita el documento en un folio en blanco, una versión que habría servido de coartada en caso de desaparición. “Me dijo: ‘vas a escribir lo que yo te diga y si gritas te voy a dar con eso’ ”.


María tenía todavía el teléfono sujeto entre las piernas, pero necesitaba un excusa. "Le dije que me encontraba mal y me dejó ir al baño. Saqué el móvil y llamé al 112. Solo pude susurrar 'ayuda, ayuda', pero dejé la llamada mientras volvía a la mesa. Entonces me registró y encontró el teléfono. Me empezó a gritar: '¡Hija de puta!'.


La huida

La víctima recuerda emocionada aquella paliza posterior, que quedó reflejada en un amplio parte de lesiones, y sus dos intentos desesperados de huida de aquella vivienda de Almerimar. "Pensé en mi hija".


“En el primero no me dio tiempo a subir la persiana y me cogió", rememora. “En el segundo aproveché que se estaba quitando la camisa, que estaba rota, y corrí hacia la puerta. ¡Solo tenía el cerrojo puesto! Salí corriendo (por el residencial) y llamé a todos los timbres de las casas. Corría gritando, pidiendo ayuda. Pero él salió detrás mía y me agarró para volver a meterme en la casa”.


Entonces llegó la mano salvadora de los vecinos, que apartaron a J. de María y la protegieron hasta la llegada de los agentes de la Policía Local de El Ejido y de la Guardia Civil a esa comunidad de Almerimar. Los testigos acreditan la secuencia y servirán también para apuntalar la acusación en este extremo. "Decía que la había intentado matar".


El juicio oral se celebrará la próxima semana en el Palacio de Justicia de Almería. La Fiscalía solicita siete años de cárcel para el varón. Según la hija del matrimonio, el padre llegó a decirle en cierta ocasión: "Me gustaría degollar a tu madre".


El juicio estudiará el papel del hijo

La Audiencia Provincial de Almería estudiará la responsabilidad de J. en el presunto secuestro, pero también el supuesto papel del hijo mayor, que se había trasladado pocos días antes a vivir con la madre y que está acusado de abrirle la puerta aquella madrugada. La cerradura no estaba forzada.



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