La Policía Judicial de la Guardia Civil investiga el vídeo de torturas a personas secuestradas en una vivienda de Poniente como un presunto ajuste de cuentas por el robo de un alijo de droga, según fuentes de la investigación consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA.
La Comandancia de Almería oficialmente no descarta hipótesis sobre la secuencia captada con un teléfono móvil y difundida en redes sociales, aunque centra su mirada en un presunto ‘vuelco’ de estupefaciente a mediados del mes de enero.
Los primeros indicios de la investigación apuntan a las represelias adoptadas por un grupo criminal por la desaparición de 500 kilos de marihuana de una ‘guardería’ de droga en el barrio de Pampanico (El Ejido).
Los propietarios del cargamento habrían sufrido el robo de un alijo que escondían en algún tipo de almacén o vivienda y habrían buscado venganza con el secuestro y las torturas de los sospechosos de dicho asalto. Esta tesis de trabajo aparece respaldada por algunas conversaciones captadas en los vídeos.
En ellos se ven a cinco personas diferentes maniatadas, semidesnudas y con evidentes signos de violencia. Uno de ellos suplica entre sollozos: “Que no he hecho nada, que no he hecho nada, de verdad. De verdad que no sé nada”. Esta varón, de nacionalidad española, llora mientras el agresor le introduce una pistola en la boca.
Además, un segundo varón sufre la amputación de las dos orejas con un cuchillo, mientras repite llorando que no ha hecho nada. Ambas escenas muestras una enorme violencia y, aunque se reconocen habitaciones y voces, parecen montadas en lugares diseñados específicamente para torturar a estas personas.
Reacciones
La Guardia Civil trabaja en el asunto, como avanzó el lunes la directora general María Gámez durante un acto desarrollado en la localidad malagueña de Cártama. Gámez afirmó que la Benemérita tuvo conocimiento de esos vídeos en los que se aprecian “acciones violentas” si bien, por el momento, no se ha recibido ninguna denuncia de posibles perjudicados. La ausencia de denuncia es clave porque entorpece la labor de los agentes de la Guardia Civil para el esclarecimiento de los hechos.
No obstante, entra dentro de los parámetros de una agresión de estas características. El silencio. El miedo. Los torturadores filmaron la secuencia y las difundieron a través de redes sociales como amenaza para quienes pudieran atentar contra sus intereses. Un aviso a navegantes.
Además, existe otra dificultad en la investigación, esto es, la ausencia de tal alijo de droga. No ha trascendido la localización de ningún cargamento de marihuana u otra sustancia presuntamente vinculada a estos hechos.
Posibles fechas
María Gámez afirmó el pasado lunes que los agentes están en “plena investigación” para determinar si los hechos que aparecen, y que se vinculan presuntamente con la provincia de Almería, son “recientes” o “antiguos”. No obstante, los agentes tienen indicios de que se podrían haber producido entre el 15 y el 20 de enero. “Lleva a pensar que es una ajuste de cuentas”, según la directora de la Guardia Civil en Málaga.
La investigación está abierta. En los vídeos se observan varios ciudadanos españoles y otros aparentemente con rasgos o acentos árabes, aunque la calidad de las imágenes y las circunstancias impiden extraer más conclusiones.
En todo caso, el episodio muestra una escena de enorme violencia y abre el debate sobre el narcotráfico y las organizaciones criminales que operan en la provincia de Almería y dejan un rastro de sangre.
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