“Tengo a quien me mande plebe desde Orán: egipcios, sirios, marroquíes...”

El turismo avanzó entre las montañas verdes del Valle de Arán. Un largo viaje. Solo dos kilómetros más. Primero rozó el cauce del río Garona, a la derecha, y luego ascendió con decisión hacia la localidad ilerdense de Bossost. Superó el aserradero y reconoció la señal que anunciaba el desvío a Toulouse (Francia). Una rotonda. Unas curvas. Solo dos kilómetros más. Y entonces apareció una patrulla del puesto de la Guardia Civil de Vielha.

Los agentes identificaron a Abdelkader B., ciudadano argelino al volante, con antecedentes penales por delitos contra el patrimonio, y a cuatro varones sirios con síntomas de “cansancio extremo”. Solo hablaban árabe y apenas podían justificar su identidad con dos pasaportes aparentemente falsos y dos fotocopias de sus documentos.

Corría el 19 de septiembre de 2021 y su viaje había empezado un día antes en una playa de Argelia. Por 2.000 euros por cabeza consiguieron un hueco en una patera armada con un motor de 250 caballos de potencia. A bordo viajaban otras cinco personas.  La embarcación llevó a los migrantes hasta Cabo de Gata (Níjar) sorteando los controles costeros y los lanzó a las piedras de una cala, todavía frecuentada por turistas a finales de verano. Aquel 18 de septiembre de 2021 los radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) detectaron la aparición de 25 pateras en el Mar de Alborán. De ellas, 20 embarcaciones tocaron tierra. Más de 130 personas.

Los cuatro sirios caminaron hasta Rodalquilar, donde esperaba el 'taxista' Abdelkader B. para, por unos módicos 550 euros por pasajero,  llevarles en un Hyundai Accent hasta Francia. A solo dos kilómetros de la frontera nació la Operación Flixita, la mayor intervención contra las mafias de la ruta argelina hasta la fecha. Como los minerales, más por su peso específico que por su tamaño.

La Guardia Civil arrestó a Abdelkader B. por un presunto delito de tráfico de seres humanos y los cuatro sirios quedaron libres tras prestar declaración ante el Grupo de Información y aportar detalles sobre la ruta, el mecanismo y los precios del circuito de la migración clandestina allá en el sur.

El hilo de aquella intervención de la Guardia Civil en Lleida, que ya venía sostenido por otras gestiones anteriores, llevó a los agentes de la Comandancia de Almería a una operación a gran escala contra las redes de tráfico de seres humanos. No solo se trataba de detener a quienes parasitan la necesidad de los migrantes, sino de descubrir todo un nuevo sistema criminal que opera en la franja de Alborán.
A saber, las grandes organizaciones empiezan a asentarse en la provincia de Almería y, desde aquí, coordinan la llegada de pateras e incluso la captación de interesados.

Un cambio de paradigma

Según informes internos de la Guardia Civil a los que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA, los acusados en la Operación Flixita compraban en España las embarcaciones y los motores y los ofrecían a contactos en Argelia para convenir precios y fechas. Este sistema es revolucionario en comparación a los tradicionales de migración en la frontera sur porque las pateras salen de España vacías y pilotadas por dos o tres patrones, cuyo destino es cargar a los viajeros en el entorno de Orán y regresar hasta Cabo de Gata o la Región de Murcia.

Una conversación telefónica captada por la Guardia Civil la noche del 27 de junio de 2022 evidencia el funcionamiento. Un joven conocido con el alias Walid, uno de los principales señalados en la operación, conversa con un "amigo" interesado en sumarse al negocio de la pateras argelinas.

"Tengo a quien se encargue de cargar y mandarme a la plebe desde Orán (...) Yo tengo a un amigo mío en Argelia que conoce a egipcios, sirios, marroquíes... todos le llaman a él para emigrar clandestinamente. Yo le mandaré desde aquí. Llega ahí, carga y se viene para acá de vuelta", explica. "Él se encargará de cobrarles allí. Vendrán (a España) habiendo pagado todo. ¿Me entiendes?".

La investigación halló pruebas de las conexiones de la red con el flujo de migración clandestina procedente de Argelia en 2021 y 2022. Esta ruta hacia Almería había explotado en los primeros meses de la pandemia (2020), con cifras récord y un cambio de paradigma en el Mar de Alborán.

La Benemérita ha aportado informes al Juzgado de Instrucción número Cuatro de Almería aquellos días previos al control en Lleida.  Entre el 6 y el 8 de mayo de 2021, los radares y el Servicio Marítimo detectaron 33 embarcaciones, de las cuales 19 alcanzaron tierra antes de ser apresadas.  El 17 de septiembre de 2021, la Benemérita avistó otras diez embarcaciones aproximándose a la provincia. Cuatro de ellas tocaron suelo español, soltaron a los migrantes y regresaron mar adentro.  Y el 18 de septiembre aquellas 25 lanchas. A bordo, cuatro migrantes sirios con la esperanza de reunirse con familiares en Francia.