Una pelota lleva semanas junto a un león de la Catedral

El casco histórico es el único barrio de Almería sin una sola zona deportiva para niños

Una pelota de goma se ha empotrado en la fachada de la Catedral almeriense.
Una pelota de goma se ha empotrado en la fachada de la Catedral almeriense.
Manuel León
10:56 • 31 may. 2023

El león mira la pelota como Carmen Maura diciendo 'qué he hecho yo para merecer esto'; es un león de piedra con cinco siglos de veteranía en la fachada de la seo almeriense, esa que se construyó bajo el mecenazgo del vallisolletano obispo Villalán -al que no le gustaban los leones sino los perros- y acorde a los planos de Diego de Siloé, que si se descuida, en vez de una catedral, le sale un Castillo como el de La Calahorra. La pelota lleva ahí, alojada entre cimborrios renacentistas y alfileres espantapalomas varias semanas. Algún zagal de escasa puntería la embarcó casi en lo más alto de la portada neoclásica. No llegará a Messi. Debió apuntar a la puerta catedralicia, convertida todas las tardes en portería, pero le salió el tiro por la culata, mientras el felino no daba crédito al ver llegar como un obús a su nueva vecina: una pelota de goma, perteneciente a alguno de esos infantes que pueblan la plaza canóniga, el kilómetro cero del catolicismo almeriense, porque no tienen ningún polideportivo donde jugar al fútbol. El Casco Histórico tendrá pronto la única pinacoteca española del Realismo, pero no tiene una explanada decente ni indecente para que los niños jueguen al juego más antiguo del mundo. 



Generaciones enteras de niños del centro histórico aprendieron -siguen aprendiendo- a chutar como Kubala antes, como Kempes después, como Robertone ahora- contra una portería de cinco siglos en los que los postes son los contrafuertes renacentistas de Juan de Orea. No debe haber muchos casos de monumentos nacionales en España o en Europa que hayan recibido tantos balonazos como la almeriense Catedral de la Encarnación. Como una fuente de la que no deja de manar agua,  los sillares del templo no dejan nunca de recibir su dosis de disparos diarios desde la primera o segunda palmera, con Diego Ventaja como espectador omnipresente. La Asociación del Casco Histórico ha reclamado, por ello, protección para la Seo almeriense, el primer monumento de la provincia con permiso de la Alcazaba. “Todos hemos viajado y ni en la Catedral de Sevilla o la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba se permitirían balonazos en sus muros históricos”, aseveran desde este colectivo vecinal. Añaden que es difícil, a veces, caminar por el lugar sin el riesgo de un trompazo de balón.



La Asociación aclara que no se trata de impedir que los niños del barrio, ya de por sí envejecido, jueguen. Se trata de que el Ayuntamiento cree espacios para que los niños puedan jugar. La zona cuenta con un gran número de solares vacíos que se podrían habilitar para los juegos infantiles. El Casco Histórico es el único área de la Ciudad de Almería sin una sola instalación deportiva para niños o mayores. 








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