La Universidad de Almería publica un estudio llevado a cabo en cuatro institutos de secundaria de la provincia y uno de Madrid durante mayo de 2022 que ha arrojado luz sobre las actitudes extremistas y favorables a la violencia en adolescentes almerienses y madrileños. Los factores que más influyen en que un joven sea proviolento son: edad del niño, si es joven y varón es más influenciable, el abuso de redes sociales y el nivel de estudios de la madre. A partir de los resultados se elaboró una guía para reducir el extremismo violento en los centros escolares de secundaria.
Un total del 30% de los jóvenes ha sufrido violencia física por parte de los compañeros-as, y un 16% reconoce haberla ejercido. Los resultados obtenidos a partir de escalas de medición aplicadas a 1170 adolescentes revelaron que ciertos grupos presentan mayores niveles de extremismo y actitudes proviolencia que otros. Los jóvenes más proviolentos son aquellos pertenecientes a familias pobres, que hacen un uso excesivo de las redes sociales diariamente (más de cuatro redes sociales al día) y han experimentado violencia física. La combincación de estos factores hace que los chicos sean más proviolentos, pero no manifesta necesariamente mayor extremismo. La profesora de sociología y directora del estudio de la UAL, Pilar Rodríguez, explica por qué no son más extremistas, y es por la variedad de opiniones que los jóvenes consumen en las redes sociales. Sin embargo, el abuso de las redes sociales los hace más pro-violentos.
Colectivo LGTBIQ+
Señala la profesora: “La desigualdad más importante que perciben los adolescentes es con el colectivo LGTBIQ+, en segundo lugar, con los migrantes y por último con las familias pobres. Los estudiantes de secundaria no perciben una desigualdad de género mayor porque los institutos trabajan en igualdad y coeducación”, dice la profesora de la UAL. El estudio también mostró que aquellos adolescentes que creen en la discriminación contra personas LGTBIQ+ presentan actitudes más extremistas, aunque no se mostraron más propensos a la violencia. En palabras de la profesora Rodríguez esto quiere decir, que a día de hoy un chico o chica homosexual no se calla ante las injusticias, pero el hecho de defender sus ideales no lo hace proviolento/a.
El estudio también destacó la importancia de comprender estas actitudes entre los adolescentes, ya que la adolescencia puede ser un factor de riesgo para la participación en actividades de radicalización debido a la falta de desarrollo pleno del sistema de control cognitivo en esta etapa de la vida.
El equipo de Investigación Internacional Comparada propone el uso del método de Galtung de estudios por la paz, que busca identificar los intereseses de las diferentes partes que participan en un conflicto, para trascenderlos de modo creativo generando soluciones que satisfagan a las partes involucradas en el conflicto. De esta forma se implementan enfoques específicos para abordar los problemas entre las personas y grupos vulnerables, a través de estrategias de inclusión y educación.
De su experiencia en las aulas con los jóvenes este grupo de investigación se encuentra especialmente agradecido y sorprendido por toda la curiosidad que suscitó el cuestionario entre los participantes. Además, el equipo de investigación pudo ver el trabajo que desarrollan los docentes de secundaria. Rodríguez afirma que los institutos de secundaria almerienses necesitan figuras de mediación porque los profesores están desbordados ante todos los conflictos, que se presentan sobre todo a la hora del recreo. El equipo de la UAL ha publicado la guía Transformando el extremismo violento para los educadores y, un programa de actuación en los institutos objeto de estudio. El programa de intervención PIRAVI, demostró ser efectivo en la reducción de actitudes proviolencia entre los adolescentes. Con tres sesiones de trabajo con los jóvenes, se logró un cambio significativo en sus actitudes violentas, lo que sugiere que los centros escolares son un espacio propicio para abordar estos temas.
Los resultados de los cuestionarios realizados en este estudio validaron la escalas sobre extremismo y proviolencia publicado por los escandinavos Ozer y Bertelsen en el año 2018. Este estudio fue un punto de apoyo para el equipo de la Universidad almeriense compuesto también por Christian Roith, Antonio Jesús Segura Sánchez y Ana Maria Martínez, Maria Carmen López, Josefina Rodriguez, Juan Carlos Rodriguez, Antonia Lozano, Luis Miguel Sáez, Carmelo Aguilera, Victoria Figueredo, Francisco Villegas, Antonia Sánchez y Lucia López. El conocimiento obtenido permitió diseñar estrategias más efectivas y centradas en los grupos más vulnerables para prevenir el desarrollo de actitudes extremistas y proviolencia en la juventud española.
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