Efren Zambrano era profesor de universidad en el área de contabilidad en Venezuela hoy arregla patinetes en una tienda de Roquetas de Mar. Un desprendimiento de retina que lo dejó ciego de un ojo y sentir el cañón de un arma en el estómago, fueron los factores determinantes para empezar de cero a los 52 años. Hace un año que el hombre y su familia llegaron a Almería, la situación económica bajo el régimen de Maduro se hizo insostenible, como funcionario ganaba 30€ al mes. Toda la familia subsistía gracias a una ferretería que regentaban a medio turno, Efren por la mañana y su esposa, abogada, por la tarde.
Esta es la historia de un hombre sencillo, trabajador, creyente, padre de familia, amable, el vecino que se presta a ayudar cuando le pedimos una llave inglesa. Mientras atiende casi sin dar a basto a unos y otros en el taller de la tienda encuentras palabras amables para dirigirse al cliente. “Yo quiero servir y aprovechar los recursos académicos que traigo para trabajar en este país que me ha acogido”, dice el hombre. Efren abre su mochila y desenrolla un documento oficial de la universidad que lo acredita como Contador Público, un asesor en España. Relata como todo cuesta mucho dinero, que no es solo cuestión de convalidar los estudios. Para extraer el documento oficial que acredita sus estudios ha tenido que pagar una tasa de 600€.
Aunque la familia de Efrén podría haber migrado a cualquier otro lugar eligieron España porque la mujer del entrevistado tiene orígenes canarios. El suegro del venezolano partió hasta América del Sur y nunca regresó a España. Quedó en Venezuela esperando a la familia que migró como avanzadilla, tenía parkinson, pero no había medicamentos para tratarlo, murió solo tres días después de que aterrizaran en Madrid. “A pesar de que mi suegro había trabajado toda su vida en Venezuela no recibió pensión, ni tenía medicamentos, fue muy trágico. Teníamos que buscar la forma de traer la medicina desde Colombia y era muy caro. Alguna vez le suministraron algo, pero nada más”, dice el venezolano.
“Primeramente migré a Chile, porque no queríamos dejar América teníamos todo allá. Nuestra casa, nuestra ferretería, estas cosas nos arraigaban. Pero, lo determinante fue un atraco en la ferretería, sentir que te ponen un arma en el estómago, te encierran en un baño.. y el desprendimiento de retina, no veo por el ojo derecho, si hubiera esperado a la seguridad social habría quedado ciego. El estado te proporciona una vía de urgencia por ejemplo si te dan un tiro, en el hospital te sacan la bala y te cosen. En esta situación pensamos que si nos pasaba algo grave teníamos dos opciones: morirnos o migrar”, sentencia Efren que sigue su narración sereno a pesar de la gravedad de los hechos.
Vinieron hasta Almería donde los esperaba un familiar que había alquilado un piso sin ascensor con el poco dinero que les quedó de vender unas tierras que tenían en Canarias. Al principio Cáritas les extendió vales para hacer la compra pero en tan solo unos meses consiguieron trabajo. Efren regularizó su situación como migrante en un mes porque toda la familia tenía nacionalidad española.
¿Cómo era su día a día en Venezuela?
Daba clase en dos sitios en el Instituto Nacional de Cooperación Educativa donde daba formación a los adultos y en la Universidad Nacional Abierta de Venezuela como profesor en el área de administración y contabilidad en la mañana atendía mi ferretería. El sueldo no compensaba para vivir, para comer y así el gobierno te decía que solo trabajaras dos días que era lo que te podía pagar. Cuando empecé a ser profesor tenía una jornada laboral completa en la Universidad, pero cuando entró el gobierno de Maduro los sueldos empezaron a tirar hacia abajo, no compensaba ir a trabajar, ganaba 5€ la hora y gastaba 15€ para ir a la universidad.
¿Vivieron los apagones de Venezuela de 2019?
Yo no viví el más grande porque estaba en Chile y mandaba dinero a mi familia. Mi esposa y mis dos hijos vivieron 7 días sin luz, no había nada, estuve 5 días sin saber nada de ellos. Un vecino de la urbanización donde vivíamos me pudo poner en contacto con ellos y hablé con mi mujer por texto. Mi esposaba compraba hielo para conservar el alimento, pero como no había luz una bolsa de hielo costaba 10€ porque quien la había producido se había gastado más.
La situación era límite, nuestra comida más típica son las arepas que se hacen con harina de maíz. Como había mucha escasez en una de las colas para esperar la harina un hombre acuchilló a otro, imagínate por la harina.
Por último enseña una gran quemadura en el antebrazo, un accidente dice Efren de cuando iba a dar clase subido en la caja de un camión, el único vehículo que se podía mover porque no había gasolina, solo diesel.
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