Visitas al Archivo Provincial: abrir las puertas a la historia de Almería

“Mucha gente pasa por la puerta y no sabe ni que estamos aquí. Somos muy desconocidos”. Así comenzaba su intervención la directora del Archivo Histórico Provincial, María Dolores Ruiz, en la primera de las visitas guiadas al interior de este centro guardián de la historia de Almería, y la verdad es que razón no debe faltarle porque dos de las participantes en la visita, todas mujeres, se confundieron y acabaron en el Archivo Adela Alcocer. 

Pero el hecho de no ser conocidos no quiere decir que la gente no tenga curiosidad por conocer el trabajo que en él se realiza. Tanto es así, que las dos visitas organizadas el 27 de febrero se llenaron de interesados en visitar, sobre todo, los depósitos de documentos.

¿Qué hay allí?
Antes de llegar a la visita todos hacemos parada en la sala central. En sus vitrinas nos recibían las actas del referéndum del Estatuto de Autonomía, se veía claro que ganó el sí aunque no llegó a los límites exigidos.  Rodeado de actas sobre tierras, herencias, hipotecas, catastros pero mis ojos se posaron en la historia del Puerto de Almería y en un diseño de fachada del Hospital de Santa María Magdalena por el Paseo de San Luis de 1929.

Con ese sabor, entramos en la introducción de la visita, conocer algunas nociones sobre la historia y el contenido del mismo.

En su seno se pueden encontrar desde 12.000 tomos de protocolos notariales desde 1519 hasta 2023 en el caso de Almería capital, documentos en materia de vivienda o población históricos siendo el el Catastro del Marqués de la Ensenada el más importante, así como multitud de documentos administrativos. A esto se le suman las donaciones que llegan desde particulares.

Todo se encuentra en la que es su sede desde 1990, la unión del Palacio de los Vizcondes de Almansa y el de Francisco Jover y Tovar. Entre ambos han formado un edificio de cinco plantas de los que dos son sótanos.

Para todos
Tienen acceso a estos fondos todos aquellos que lo deseen, siempre y cuando acudan al archivo y expliquen el motivo de la búsqueda. No es necesario ser un investigador ni carné ni nada de eso. Eso sí, si los interesados tienen las mismas motivaciones que los que me acompañaron en la visita, lo cierto es que seguramente acudirán a buscar su raíces y montar su árbol genealógico. Seguro que Marisol, Pedro, Beatriz, María, Emilia o la propia directora le echarán una mano en lo que puedan a encontrarlo a través de la base de datos que está en los ordenadores.

Lo más interesante de la visita estaba abajo, en el depósito. Una pena no poder ir abriendo cajas para saciar la curiosidad, pero sí que conocimos el sistema de archivo y, sobre todo, las condiciones de mantenimiento.

Allí se guardan más de 57.000 cajas en un espacio lleno de tuberías al aire para localizar cualquier tipo de fugas, y protegido contra incendios con un sistema de eliminación de oxígeno en la sala para evitar que se dañen los documentos.

En aquellas cajas había documentos de vivienda, de ayudas sociales, archivos en los que solamente se veía el número correspondiente, y dentro de ellas, todo un mundo por descubrir.