Los Reyes ya presiden el patio del Museo del Realismo

En el silencio de la mañana, entre el canto de los pájaros solamente suena el taladro mientras cruzamos las puertas que recibirán en menos de dos semanas a los primeros visitantes del Museo del Realismo Español Contemporáneo. Allí, en el patio central del Hospital de Santa María Magdalena, nos reciben el presidente de la Diputación Provincial, Javier Aureliano García, Juan Manuel Martín, director de la Fundación Ibáñez-Cosentino, y los dos protagonistas de este día histórico (otro más en la vida de este edificio) los artistas Antonio López y Andrés García Ibáñez. 

Mientras los obreros agujerean el mármol en el lugar exacto elegido minuciosamente por Antonio López, al fondo se ven los moldes de las esculturas que ya presiden este espacio museístico, los Reyes de España, Felipe VI y Letizia. En un lateral, cubiertas por mantas oscuras, esperan su turno los originales realizados en bronce.

El sol comienza a dar en la zona en la que se levantarán las esculturas cuando terminan de colocar el andamio con el que se ayudarán para levantar ambas representaciones. Quitada la manta se puede reconocer el rostro de Felipe VI, el cuerpo cubierto con un traje ‘recién planchado’ y con la reproducción perfecta de los botones de una chaqueta de la que solamente se cierra el primero, tal y como es habitual. Entorno a su cuerpo y cuello está colocado un colorido arnés que se enganchará al andamio para, a través de una cadena, poder poner en pie a esta escultura. Hay que tener en cuenta que mide 2,08 metros y pesa casi 300 kilos. Poco a poco se va levantando y se le colocan los tornillos bajo los zapatos que permitirán fijarlo al suelo con resina. Hubo que repetir la operación, pero es que tenía que quedar perfecto.

Al detalle
Mirando al rey estuvo en todo momento tanto Andrés García Ibáñez como Antonio López que daban el visto bueno final para hacer la misma operación con la representación de la reina Letizia. Ella pesa menos, unos 100 kilos, y para levantarla solamente es necesario sujetarla por el torso. Eso sí, la operación es incluso más arriesgada ya que la sujeción es menor porque los tacones finos que reflejan su gusto por este calzado, impide contar con dos puntos de fijación. 

Terminada la operación, aún con los arneses colocados, López se acerca al andamio y como quien mira a un hijo, comprueba su creación. Los acaricia mientras García Ibáñez mira el detalle de los pendientes de ella y cuenta la importancia de reproducir la insignia del Toisón de Oro en la solapa de Felipe VI porque “a los reyes hay que representarlos con sus joyas”, según el artistas almeriense porque, como dijo López, “ya se les representa sin corona”.

Retirado el andamio, la luz comienza dar de lleno sobre las dos esculturas mientras se escucha al presidente de la Diputación Provincial decirle a ambos artistas: “los reyes ya están aquí”. Y desde ahora serán los encargados de recibir a todos y cada uno de los visitantes del Museo del Realismo Español Contemporáneo. Ellos será lo primero que vean al cruzar la puerta tras la recepción.

Para el presidente de la Diputación Provincial el de este ha sido un momento histórico con el que se empieza a poner colofón al sueño que arrancó sobre un edificio casi en ruinas. Destaca Javier A. García que esta es “la primera escultura casi a tamaño real que tienen los Reyes de España y es un honor que esté con nosotros aquí, en el patio central” y tras recordar el lazo que une a este espacio con la realeza española recuerda que el MUREC será “uno de los mejores museos que va a existir a nivel nacional e incluso a nivel internacional. Va a ser un museo único precisamente para estudiar obras de artistas como puede ser Antonio López”.