Buscan al dueño de un pitbull que ha matado a un perro en la playa de El Zapillo

El paseo que cada mañana desde hace seis años realiza Ana Maraver junto a su pequeño perro se tornó en tragedia el pasado miércoles, cuando un perro de raza potencialmente peligrosa acabó con la vida de Naki en la playa de El Zapillo y ante la atónita mirada de su dueña y de otros viandantes que nada pudieron hacer por evitar el fatal desenlace.

Alrededor de las 07:15 horas del pasado 20 de marzo, Ana Maraver paseaba por el Paseo Marítimo Carmen de Burgos de la capital almeriense junto a su pequeño Naki. Un paseo que se ha convertido en rutina desde hace 6 años cuando Naki llegó a la vida de esta almeriense para "llenarla de alegría y de cariño", como explica Ignacio Peralta, hijo de Ana Isabel y quien ha atendido a LA VOZ para denunciar los hechos ocurridos que acabaron con la muerte violenta del miembro más pequeño de la familia.

Durante este paseo, que acostumbra a ser tranquilo y relajado, un perro grande de color gris atigrado y que era una mezcla de pitbull con otra raza se abalanzó sin contemplación contra el pequeño Naki, de apenas 6 kilos de peso, y su dueña. A pesar de la diferencia de tamaño, Naki no dudo en proteger a su ama y en un esfuerzo por que no le pasara nada a Ana Maraver comenzó una lucha muy desigual con el gran perro de color gris. "A pesar de los intentos de mi madre por dispersar al perro atacante usando agua, Naki fue gravemente herido", explica Ignacio.

En la orilla

Así, en un acto desesperado por escapar y salvarse los dos, Ana Maraver saltó del paseo a la arena de la playa tirando con fuerza del arnés de Naki. "Corrió como pudo hacia el agua mientras pedía auxilio. Pero el pitbull los perseguía, atacando ferozmente al pequeño", subraya el hijo de la mujer atacada, quien explica que una vez en la playa, su madre intentó huir hacia el agua para evitar que siguiera la violenta pelea, pero el pitbull no soltó en ningún momento al pequeño Naki, que murió en la orilla víctima de los graves mordiscos que le provocó el perro "asesino", como lo califica la familia afectada. Y es que la violencia era tal que a pesar de haber matado ya a su 'oponente', el pibtull no soltaba su cadáver ni dejaba que nadie se acercara a él. 

Ella y otros transeúntes lograron dispersar al perro atacante y fueron los viandantes los que avisaron a la Policía Local, que se personó en el lugar y logró controlar al perro agresor, que, denuncian, se encontraba 'solo' ya que en ningún momento apareció el dueño del mismo para evitar la pelea ni para responder por el ataque de su can. "El dueño no ha sido aún localizado y el perro no tiene chip", explica la familia, muy afectada por lo ocurrido.

"Ese día, mi madre regresó a casa no para continuar con sus quehaceres habituales, sino con mi hermano cargando el cuerpo sin vida de Naki, entre lágrimas y sangre. Ese perro era más que una mascota para nuestra familia", señala Ignacio, quien detalla que Naki fue recogido de la perrera cuando era cachorro hace seis años y ha sido una pieza vital para toda la familia. "Mi madre lo trajo justo después de que a mi padre le diagnosticaran un cáncer terminal de pulmón, precisamente para alegrar la situación en mi casa en aquel momento. Naki realmente cumplió su misión. Su llegada transformó nuestra casa en una fiesta. No importaba cómo nos sintiéramos al entrar por la puerta, su energía nos contagiaba de alegría. Ahora, con su ausencia, la casa se siente vacía, como si se hubiera llevado la alegría con él", concluye.

Ahora, tan solo esperan que aparezca el responsable del can que causó la tragedia el pasado miércoles, 20 de marzo, en la playa de El Zapillo, aunque tienen claro que ni eso podrá poner fin a todo el dolor que sienten por haber perdido a un perro que, sin duda, era uno más de la familia.