A las 11 de la noche se paró su corazón para siempre. Un corazón que empezaba a latir hace ahora 80 años. Un infarto ha puesto punto y final a la vida de Manuel Piedra Martínez, Manolo Piedra para su barrio de Los Molinos y para toda Almería con la empresa que fundó casi siendo un niño: Piedra Decoración, que ahora está en manos de su hijo, otro gran impulsor del negocio de la pintura. Está en el Tanatorio Almería y esta tarde a las 6 será la Misa en la capilla del Tanatorio donde no paran de llegar esos amigos a los que atendía personalmente hasta ayer, porque Manolo Piedra no faltaba un solo día a su trabajo, pese a que estaba ya en la reserva como le gustaba comentar. En la calle Pío Baroja donde está la sede de Piedra Decoración hoy los vecinos miran con asombro la nota que avisa de la pérdida de un gran pintor y un abonado incondicional del Almería. Porque Manolo, su hijo y su nuera ya habían renovado su compromiso con el club de sus amores.
La vida de Manolo Piedra da para mucho pero basta decir que su pasión fue la pintura y fundó una empresa que ha dado de comer a su familia y a muchos empleados que a lo largo de los años pasaron por Piedra Decoración para aprender un oficio y ganarse la vida en la que ha sido la pasión de la familia Piedra. Ahora le toca a su hijo Manolo seguir con el negocio con la misma sencillez y cercanía de su padre. Hasta el último de sus días ha estado al pie del cañón disfrutando viendo salir a los empleados hacia las casas, las comunidades... Iba al banco cuando a la altura del Roypa empezó a fallarle su corazón rojiblanco y aguantó hasta las once de la noche. Ha muerto feliz porque la empresa está en las mejores manos y porque nunca le faltó nada a los suyos. No era de grandes alardes pero el abono del Almería siempre estaba ahí y los bailes porque además de ser un señor de la pintura y la decoración a Manolo lo de bailar le volvía loco. Lo hizo muchos años con el amor de su vida, Carmen Giménez, con la que ahora se abraza en el Cielo.
Emprendedor
Manuel Piedra Martínez pasaría inadvertido para los almerienses pero si dices Piedra Decoración lo conoce todo el mundo. Era casi un niño cuando empezó a trabajar. Poco tiempo por cuenta ajena ya que tenía alma de emprendedor y no tenía horas para el trabajo. Empezó solo en la tarea y se fue rodeando de trabajadores que aprendieron el oficio y muchos formaron nuevas empresas al abrigo de la marca Piedra Decoración. Su primer local en Los Molinos daba paso a la época de esplendor cuando ya con el segundo de sus hijos, Manolo, abrió la actual sede de la calle Pío Baroja. Manolo y Carmen tuvieron dos hijos, el citado Manolo y Carmen, a los que nunca les faltó de nada ya que sus padres como buenos emprendedores sabían firmar contratos con un apretón de manos como hace la gente de palabra, nuestra gente sencilla de Almería. El negocio iba creciendo y Manolo padre delegaba en su hijo, que era un 'guerrero' y no paraba entre bloques de pisos, duplex, comunidades... Supo expandir el negocio y su padre nunca se retiró de su lado y le daba los mejores consejos. La empresa sigue dando de comer a muchos trabajadores y hasta el último de su días vio salir a los trabajadores de Piedra Decoración rumbo al tajo.
Familiar
En la foto de la noticia Manolo posa con su nieto, el tercero de los 'Manolos' al que adoraba. Basta verlos tan felices. La vida del empresario está salpicada de buenos y malos momentos pero siempre jugó Manolo con la ventaja de una familia que le arropaba y le ayudaba. Se llevaba los problemas a casa y se iban mitigando con Carmen y los goles del Almería. Sus hijos y sus nietos han sido su pasión y que no le faltara la visita a la empresa que le daba la vida. Los Piedra son una familia muy querida en Almería y decía su hijo Manolo que su padre era el "alma del negocio". Las mejores cosas que se escucharon del fundador de Piedra Decoración salieron del ahora gerente. Un hijo que siempre se despedía con la furgoneta llena de papeles en el salpicadero y su libreta cuadriculada donde apuntaba los trabajos. Eran muy felices con su trabajo y no tenían horas. Los 'raticos' en el Cabo de Gata unos días de verano y siempre con la empresa en la cabeza. Buena gente, sí señor.
Rojiblanco
Seguro que el Almería le recordará con un minuto de silencio porque ya tenía el abono de la próxima temporada. Su hijo con las nuevas tecnologías le evitaba la cola pero hizo muchos años ratos de espera para el sueño de ver a su equipo. Era pura pasión y después del trabajo y durante él hablar del equipo de sus amores era especial. Cuando ganaba el Almería el lunes era diferente y si perdía su cara reflejaba el resultado. Le gustaba mucho bailar y tenía tantos amigos que muchas veces tenía que viajar por su mente para recordar determinados momentos. Porque Manolo se ha marchado con la cabeza en perfecto estado de revista y recordando todo el camino del éxito empresarial. Sus bailes forman parte de ese lado íntimo de un Manolo que hizo más bonita a su Almería con la mejor pintura y la mejor decoración. Manolo no era de piedra y nos ha dejado en un plis plas. Nosotros sí nos hemos quedado de piedra y le echaremos mucho de menos. No ha dado tormento y se ha ido por sorpresa dejando su mejor obra: 'Piedra Decoración'.
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