Recuperar el entorno patrimonial más importante de la ciudad, esa línea que conforman la Alcazaba de Almería, La Hoya y su muralla y San Cristóbal, es uno de los objetivos en los que lleva trabajando el Ayuntamiento de Almería y la Junta de Andalucía en los últimos años. Ahora que el monumento musulmán está en plena rehabilitación, que el cerro ha recuperado sus murallas y está a punto de terminar la mejora de sus accesos y miradores, los vecinos del barrio de San Cristóbal miran con preocupación a lo que está ocurriendo en lo que tendría que ser la joya de la corona: los Jardines Mediterráneos de La Hoya.
Este parque es una zona vallada que se cierra por las noches y que, a pesar de contar con vigilancia, lo cierto es que no tiene una presencia permanente en él sino que los encargados de la seguridad acuden a dar una vuelta por él cada cierto tiempo.
Si a esto se le suma que hay tramos del vallado, sobre todo en los laterales, en los que no se encuentra el recinto bien cerrado, lo cierto es que no es demasiado difícil colarse en su interior durante la noche.
Botellódromo
Esta situación, según denuncian los vecinos, ha llevado a que sean muchas las ocasiones en las que en los jardines se realizan botellones que después dejan todo lleno de botellas rotas y basuras que permanecen en la zona cuando los turistas acuden a visitar este espacio.
Pero este no es el único problema. Son muchos los almerienses que eligen esta nueva zona verde para salir a pasear, y entre ellos, un número importante lo hace también con sus mascotas. Hasta ahí todo normal, pero lo cierto es que, a pesar de no estar permitido, al no contar con vigilancia, son muchos los que deciden llevar a sus perros sueltos sin correa. Esto, por un lado provoca un problema con otros paseantes ya que existe siempre cierto riesgo con las posibles reacciones del animal, y por otro, hace más difícil el control de las deposiciones que realizan y, en algunos casos, los excrementos quedan allí tirados.
Esta situación provoca que en multitud de ocasiones el parque no se encuentre en buenas condiciones cuando almerienses o turistas apuestan por acudir a visitarlo.
Temen los vecinos que, si este espacio ajardinado, en el que se ha realizado una inversión tan importante y que se quiere cuidar, no tiene la vigilancia suficiente para preservarlo, lo que pueda pasar cuando a finales del mes de noviembre se concluyan las obras de rehabilitación y mejora de acceso al Cerro de San Cristóbal.
Es por esto que solicitan que se incremente la vigilancia y el mantenimiento de este espacio que debe ser el ‘pulmón’ de esta zona del centro histórico.
Coches y patinetes, a sus anchas
Otro de los problemas que señalan los vecinos es algo que se lleva denunciando desde hace tiempo, la presencia de vehículos donde no deberían estar.
Así, se ha denunciado en multitud de ocasiones la cantidad de coches que aparcan en la subida hacia el parque. En muchos casos, lo hacen incluso sobre los restos arqueológicos que hay en la ladera del Cerro de San Cristóbal que si bien están protegidos con grava, con el peso de los vehículos podrían sufrir daños. Pero es que incluso algunos coches entran para hacer el giro hasta la calle Almanzor.
A esto se le suma la presencia de patinetes eléctricos que lo recorren en su totalidad a velocidades no siempre adaptadas para un espacio peatonal.
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