Un servicio rutinario de vigilancia en la barriada de Retamar, enmarcado en el plan de prevención de robos en viviendas de la Comisaría de Almería, acabó con una espectacular persecución policial, disparos al aire y un agente herido. El suceso data de la madrugada del sábado y se salda con la detención de dos jóvenes acusados de delitos de atentado a la autoridad, lesiones y daños a un vehículo patrulla, según las diligencias que obran en manos del titular del Juzgado de Instrucción número Cuatro de Almería.
Los agentes circulaban sobre las cuatro de la madrugada por Retamar cuando observaron un vehículo sospechoso. Durante algunos minutos lo siguieron discretamente y tomaron los datos de la matrícula para identificar a su propietario, sin embargo, la vigilancia pronto se tornó en una peligrosa persecución.
Persecución
El conductor salió a la A7 y luego se desvió a enorme velocidad hacia el Barranquete. En esta zona el coche se detuvo y los policías se aproximaron para tratar de identificar a los ocupantes del turismo, luego reseñados como L. M. G. y A. G. A. de 22 y 34 años respectivamente. Según la investigación, fue entonces cuando se precipitó la embestida. El coche sospechoso dio marcha atrás y arrolló a uno de los agentes de la Policía Nacional golpeando con violencia el vehículo patrulla.
La acción se habría repetido a unos 200 metros con un nuevo impacto entre los coches. No obstante, en esa ocasión los agentes ya portaban sus pistolas reglamentarias y efectuaron varios disparos al aire, en primer lugar, y a las ruedas posteriormente.
Según fuentes jurídicas, uno de los agentes sufrió lesiones en un hombro durante el incidente.
En una cafetería
Los jóvenes consiguieron presuntamente huir y se habrían ocultado en alguna zona de invernaderos cercana a la espera de eludir los controles policiales. Sin embargo, la operación estaba ya en marcha gracias a los datos obtenidos por la matrícula. Las detenciones parecían inminentes.
Ahora bien, el hecho definitivo para la localización de los sospechosos se produjo en una cafetería unas horas más tarde. Según la investigación, dos jóvenes se reían animadamente con dos chicas y se jactaban de haber superado un control de la Policía Nacional tras llevarse por delante a un agente.
La conversación se produjo en un espacio público, muy expuesto y en un ambiente distendido. Así pues, en apenas unos minutos una patrulla de la Policía Nacional, instada por la Guardia Civil de Huércal de Almería, se presentó en el lugar indicado para ejecutar el arresto de los presuntos agresores.
Según fuentes judiciales, el conductor del vehículo habría confesado a los agentes haber iniciado una fuga nervioso y asustado por la presencia de una patrulla y ante la escasa cantidad de puntos que todavía mantenía en su permiso de conducción (habían regresado esa madrugada de un pub de la capital almeriense y habían bebido mucho).
Además, según esta versión del imputado, el copiloto no era conocedor de los hechos porque estaba durmiendo en todo momento en el asiento del acompañante. En tal caso, aunque la Policía Nacional imputó a los dos ocupantes, A. G. A. quedó en libertad a la espera de su puesta a disposición del Juzgado de Instrucción número Cuatro de la capital, encargado de las diligencias.
El suceso ha dejado importantes destrozos en el vehículo policial y un agente lesionado en el hombre tras ser arrol
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