El Aeropuerto de Almería, una ciudad en la frontera

La Policía Nacional controla 700.000 pasajeros al año y se emplea en la seguridad de un recinto constituido en una pequeña ciudad

Agentes de la Policía controlan el pasaje de un vuelo de Monarch procedente de Birmingham. </title><
Agentes de la Policía controlan el pasaje de un vuelo de Monarch procedente de Birmingham. </title><
Javier Jaén
14:26 • 27 abr. 2014

El Aeropuerto de Almería funciona como una pequeña ciudad fronteriza. Comunicaciones, comercio y seguridad conviven en un espacio cercano a las 200 hectáreas. Cuenta con su propio servicio aduanero, bomberos y hasta la particularidad de una normativa especial, siempre en constante movimiento en el sector aeroportuaria. Y la seguridad,  cosa de la Policía Nacional.
La Comisaría Provincial de Almería cuenta en el aeródromo con unas dependencias propias que funcionan en la práctica como un pequeño centro de operaciones autónomo. En estas oficinas se coordinan la seguridad ciudadana del recinto, la persecución contra el tráfico de drogas y especialmente el control del pasaje de los más de 4.000 aviones que aterrizan cada año por las pistas de La Cañada.
Según explican responsables de la Comisaría, el aeropuerto está dividido en tres zonas, desde las pistas hasta los aparcamientos: restringida (internacional), reservada y pública. Cada una tiene distintos niveles se seguridad y acceso. También amenazas diversas.




¿Quién llega? La principal exigencia de los agentes proviene del control de los pasajeros. El año pasado la Brigada de Extranjería y Fronteras controló en el Aeropuerto a más de 700.000 viajeros. La cifra es algo menor que en ejercicios anteriores, cuando los vuelos superaban el millón de personas, pero muestra el volumen de trabajo.
La mayor exigencia proviene de los filtros fronterizos, esos controles de documentación de pasaporte o documento de identidad.
El Servicio de Operaciones de AENA comunica los vuelos, que parecen ordenados en una pantalla en las dependencias policiales. Cuando el avión se aproxima a Almería la Policía Nacional ya ha realizado un primer examen y tiene localizados los posibles riesgos de los pasajeros aportados por las compañías aéreas, obligadas a informar después del despegue. Puede adelantarse trabajo, por ejemplo, para la captura de un ciudadano con una requisitoria (orden de detención, nacional o internacional).
La gran mayoría de los vuelos son nacionales o de países pertenecientes al Espacio Schengen, de ese modo pasan por controles estrictos a la salida y es difícil detectar elementos como armas, explosivos o drogas. Por tanto, el peligro es inferior. 
Más exigente son los vuelos fuera de Schengen. La Policía Nacional reconoce que éstos “se controlan un cien por cien”, a pesar de que hayan pasado por la vigilancia en la partida.    Son, a menudo, vuelos chárter, pequeñas avionetas o pasajes procedentes de países no europeos que hicieron una escala antes de entrar en Almería.
Los pasajeros pasan por un control de documentación conectado a varias bases de datos policiales. La Policía cuenta con análisis de huella dactilar y tecnología para detectar falsificaciones, por ejemplo, a través de exámenes de distintas luces. En el Puerto de Almería existen materiales similares.
La Brigada de Fronteras detuvo el año pasado entre Puerto y Aeropuerto a 237 personas, la mitad con requisitorias judiciales. No pasaron el radar policial.










Temas relacionados

para ti

en destaque