Los barrios de la capital ven limitada la presencia de feriantes en sus fiestas si éstos no hayan una ubicación que no interfiera en el tráfico rodado. Así ha ocurrido en las fiestas del Barrio de Araceli y en las últimas de Nueva Andalucía, donde por vez primera no se instalaron cacharricos en la calle Arcipreste de Hita, esquina con calle Santiago. Para las próximas de La Cañada y El Alquián, sí se han encontrado espacios en los que los cacharricos se instalarán sin problemas.
Informes del área de Seguridad y Movilidad desaconsejando el corte del tráfico durante casi una semana en algunas calles han obligado al área de Participación Ciudadana a buscar consenso entre feriantes, asociaciones de vecinos y los propios vecinos de las calles en las que se acostumbra a instalar la feria. Instalaciones que si bien responden a una fiesta que suele durar de jueves a domingos, acaban por ocupar la vía pública siete días como mínimo.
Ante los informes desfavorables de Policía Local, la propuesta que ha mantenido este año el concejal de Participación Ciudadana, Juanjo Segura, es la de buscar espacios en los que las fiestas puedan celebrarse con la presencia de los feriantes, “pero molestando lo menos posible a los vecinos, y también al tránsito de autobuses urbanos (obligados a modificar su recorrido durante días) y al tráfico en general”.
Caso de Nueva Andalucía En el caso de Nueva Andalucía, se llegó a un acuerdo con la asociación de vecinos para instalar los puestos de los feriantes en la plaza en la que se ubica el centro vecinal. Allí se instalaron algunos puestos, aunque finalmente, los feriantes redujeron al mínimo su presencia y apostaron por ir “o todos o ninguno”. Así al menos lo dieron a conocer a la asociación vecinal y al área de Seguridad Ciudadana.
Situación que no evitó, asegura el concejal responsable de Participación, que las fiestas del barrio se vivieran con todas sus tradiciones.
Y ese es el objetivo que persigue Participación Ciudadana, “que los barrios mantengan sus tradiciones como la procesión, su churrería, su paella popular y sus verbenas, pero contando siempre con los informes favorables de Seguridad y Movilidad”, insiste Segura, que reconoce haber recibido felicitaciones por este cambio.
Buscar el consenso Modificación para la que, insiste el concejal, se busca siempre “el mayor consenso posible”. De hecho, el diálogo es la apuesta de Segura frente a una ordenanza que pudiera acabar por eliminar los cacharricos de los barrios por interrumpir el tráfico durante casi una semana.
Buscar una opción que convenza a feriantes, vecinos y asociaciones no siempre es fácil, sobre todo si no hay espacios adecuados en el barrio, pero sí es posible. Así ocurrió, por ejemplo, en las fiestas de Cruz de Caravaca, donde los feriantes y las barras se instalaron finalmente en la plaza en la que se ubica el centro vecinal. “Allí no afectan al tránsito de ninguna calle”, dice Segura.
Fiestas en La Cañada En el caso de La Cañada, que empezará sus fiestas de barrio esta semana, vecinos, feriantes y Ayuntamiento han acordado que los cacharricos y otros puestos de feria se instalen en un gran solar privado desde donde no interferirán al resto de actividades del barrio.
Algo similar ocurrirá en El Alquián, reconoce Segura, que apuesta por unas fiestas de barrio tradicionales que se centren más en lo que puede ser una semana cultural. “Y todo respetando al máximo la voluntad de los vecinos”.
En este sentido, el concejal de Seguridad Ciudadana asegura que el área q
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