La explotación de los grandes yacimientos de gas natural y petróleo en el Mar de Alborán chocan con las asociaciones ecologistas. Un informe presentado por la entidad Oceana denuncia el impacto de las futuras prospecciones para 150 especies protegidas en la zona y advierte de los graves riesgos para la salud de las pesquerías andaluzas.
El Ministerio de Industria, Energía y Turismo autoriza actualmente siete proyectos de investigaciones petrolíferas en Alborán, en las costas de Málaga, Granada y Almería. Cuatro pertenecen a CNWL Oil, multinacional constituida en España con capital fundamentalmente de la canadiense Sherrit International, y son conocidos como Chinook. Mientras, los tres restantes corresponden a Gas Natural y Repsol y se conocen como proyectos Sirocco.
Las iniciativas están todavía en una fase preliminar y evalúan la viabilidad de la extracción, el potencial, la rentabilidad y el impacto ambiental. En este sentido, Industria permitió sondeos sobre el riesgo sísmico de la zona, un espacio proclive a los temblores, que ya toparon las críticas de los ecologistas y las dudas de los pescadores.
Especies afectadas El informe de Oceana es severo en su análisis. “Con los proyectos en curso, un 45 por ciento de las aguas españolas mediterráneas podrían abrirse a la explotación de hidrocarburos”, señala Ricardo Aguilar, director de investigación de Oceana en Europa. Se están confundiendo los intereses privados con los del conjunto de la sociedad”.
Oceana cuantifica en 153 las especies protegidas amenazadas en Canarias y Alborán y eleva la cifra a 250 si incluye las prioritarias para la pesca. El informe científico recoge datos extraídos de un estudio con un robot submarino que analizó los fondos en riesgo y evaluó los puntos seleccionados para las futuras prospecciones. La entidad apunta particularmente al peligro para las capturas de boquerón, sardina, jurel, brótola y gamba roja y, por tanto, de los perjuicios potenciales para la industria almeriense.
Las empresas presentaron un estudio de impacto ambiental y consideran que los sondeos, a gran profundidad, no dañan la pesca y son respetuosos con el entorno. Sin embargo, Oceana rebate este punto en un documento de 2013. “Las especies pelágicas como el jurel, el boquerón y la sardina no son dependientes de la profundidad y se pescan también dentro de la zona de sondeos, mientras que la bacaladilla y la brótola sí que alcanzan las profundidades donde se localizan las cuadrículas de estudio”, expone la ONG.
Puertos “Más aún, esta zona es conocida por su importancia para otra especies de interés comercial como la cigala, la gamba roja o la merluza”, añade. “Como ya indicaban científicos expertos del Instituto Español de Oceanografía, la flota de arrastre andaluz en el Mar de Alborán faena hasta los 900 metros de profundidad”, concluye. Las prospecciones se realizarían a partir de los 600 metros.
El septiembre del año pasado otra asociación, Ecologistas en Acción, también presentó alegaciones a los estudios de impacto ambiental. Chinook A, Chinook B, Chinook C y Chinook D en el Mar de Alborán. La delegación en Andalucía aseguró que el proyecto “adquisición de datos sísmicos en los permisos de investigación de hidrocarburos” afectarían negativamente a los puertos de Adra, Roquetas de Mar y Carboneras.
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