Calles estrechas, pequeñas viviendas con suelos y tabiques de adobe, paredes adornadas con arcos lobulados de yeso, estucos rojos, alacenas en las cocinas y despensas excavadas en la montaña, así era el núcleo de casas que en la época medieval y como parte del barrio de la Almedina daba esplendor a la falda de la Alcazaba en lo que hoy se conoce como el Mesón Gitano.
Esto es lo que muestran los restos arqueológicos que tras seis meses de excavaciones han salido a la luz en este entorno y que permiten reconstruir parte de la historia de la ciudad que, a través del proyecto que se está elaborando, se pretende llevar hasta el futuro.
Lo encontrado muestra una trama urbana con viviendas a tres niveles con pequeñas estancias de las que se conservan la distribución, algunos suelos originales, escaleras de entrada a las viviendas o a las habitaciones. A lo que hay que sumar piezas de cerámica de todo tipo, algunos tan singulares como juguetes, de hecho apareció un anafre, lo que sería una cocinita a día de hoy, para los niños de entonces.
Explican los arqueólogos que la importancia principal es el conjunto de los restos. Por ello el edificio que se va a construir en la zona no va a interferir en ellos.
Modificaciones Explica Alfonso Montilla, director de obra, que el proyecto de este edificio concebido como contenedor cultural “se ha adaptado alargándolo y permitiendo que recoja toda la parte de las viviendas encontradas” de forma que se construirá para dar acceso a los restos desde las terrazas.
Pero no son los únicos restos que se han encontrado en estos trabajos. Justo al otro lado en la entrada de la Alcazaba, han salido a la luz los restos de una muralla aún sin datar con exactitud pero que según el equipo de arqueólogos está “vinculada a materiales romanos” por lo que se cree que pudiera ser de época tardorromana. Curiosamente está bastante cerca de la superficie y explican los arqueólogos que justo enciman se habían construido viviendas que habían utilizado como base estos muros y al ser unifamiliares con pequeños cimientos no han dañado la muralla.
Esta zona también se va a poner en valor, de hecho, el puente que conectará este espacio con la calle Fernández no interferirá para que se puedan visitar los restos.
La intención es, una vez acabado el proyecto, que las visitas guiadas a la Alcazaba puedan también disfrutar y culminar su paseo por estos hallazgos como una visión más de la Almería de la época musulmana.
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